Charles III decidió su début diplomático como rey en Francia pero la desobediencia civil de la reforma de las pensiones y la violencia forzaron al presidente Emmanuel Macron a cancelar su visita. Llegó seis meses después. El jefe de Estado debió recibir al rey de Gran Bretaña y a su esposa Camilla con todos los honores, en la espectacular Galería de los Espejos en el palacio de Versalles.
La primera Dama Brigitte Macron organizó, con su precioso detallismo, todos los aspectos protocolares y estéticos de la visita. Pero finalmente ahora se sabe que hubo otra co protagonista en su organización: la reina Camilla, una huésped demandante, que hacía conocer sus exigencias vía la embajadora británica en París, Menna Rawlings, vecina del palacio del Eliseo en la rue du Faubourg St Honoré.
Brigitte Macron estaba incómoda ante los pedidos porque se quedó solamente con la posibilidad de invitar a 60 franceses y rompió el presupuesto, en una Francia en crisis severa. La embajadora británica era la que llevaba los pedidos al Eliseo. Una visita muy negociada para un rey caprichoso y una reina que maneja su histeria, su mal humor y sus demandas con mano de hierro.
El príncipe Harry había descripto brutalmente a su madrastra en sus memorias, Spare. La acusó en particular de «sacrificarlo en el altar de sus relaciones públicas» y de “haber filtrado asuntos privados para ganarse el favor de la prensa”. Revelaciones y una actitud que molestó a Camilla. Pero la ex amante convertida en reina tiene su propia filosofía del tiempo: «No le des demasiada importancia y todo saldrá bien».
Gran conocedora de vinos
Camilla se mostró como una refinada conocedora de los vinos franceses y su champagne en su visita de estado . Exigió que en el menú se prohibiera el foie grass, que Isabel II adoraba, pero impuso el vino Mouton Rothschild 2004, servido en el banquete del rey Charles en Versalles.
El Bordeaux premier Grand Cru y el champán añejo fueron nombrados entre los vinos abiertos y servidos durante la primera visita de estado oficial.
La casa Rothschild informó que donaron el vino de 2.700 euros cada Magnum. Nadie sabe aun cuánto costó la comida en general o por persona.
El champagne Pol Roger, Cuvée 2013, favorito de Sir Winston Churchill, se sirvió en formato magnum. También el Olivier Leflaive, Bâtard Montrachet grand cru 2018 en versión magnum y el Château Mouton Rothschild 2004 de doble magnum.
En estas ocasiones se atribuye un significado a los vinos elegidos. Durante su etapa como Príncipe de Gales, el propio rey Carlos creó una imagen en acuarela, que adorna la etiqueta del vino Mouton Rothschild 2004.
La pintura de acuarela de la etiqueta Château Mouton Rothschild de 2004, muestra pinos en Cap d’Antibes, en el sur de Francia. La cosecha marca el centenario de la Entente Cordiale entre Gran Bretaña y Francia, establecida en 1904.
Antes del banquete, el rey Carlos y Macron también debían compartir un brindis en la residencia presidencial del Palacio del Eliseo, con el Salón de Champaña 1948, el año del nacimiento del rey.
Como pariente directo del rey Eduardo VII, que desempeñó un papel destacado en el acuerdo, el Príncipe de Gales permitió que la etiqueta de Mouton Rothschild 2004 fuera ilustrada con una de sus acuarelas, inspirada en un paisaje francés. Y añadió de su propia puño y letra: “Para celebrar el centenario de la Entente Cordiale – Charles, 2004”.
El famoso primer ministro británico Winston Churchill era conocido por ser un fanático de Pol Roger Champagne.La cuvée de prestigio Sir Winston Churchill 2013 de la casa recibió recientemente 94 puntos por parte del corresponsal de champán de Decanter, Tom Hewson, quien la describió como «compleja y dinámica».
Los chefs
Los vinos se sirvieron junto con un menú creado por los chefs con estrellas Michelin, Yannick Alléno, Anne-Sophie Pic y Pierre Hermé.Todos los chefs donaron su servicios “en honor a Francia”.
Los platos incluyeron langosta azul, aves de corral francesas de Bresse con champiñones gratinados y concluyeron con un juego de tres quesos seleccionados a mano (dos franceses y uno inglés) antes del postre, macarrones persas de Isfahán, diseñados por Hermé.
Los maestros de cocina con estrella Michelin finalizaron su menú antes de enviarlo a Londres para su aprobación. El rey Carlos no come foie gras y solo verduras de estación. Por eso se anularon los espárragos.
Mientras la langosta, creada por Anne-Sophie Pic, ganadora de 10 estrellas Michelin en total, se inspiró en los gustos de Luis XIV, el postre de frambuesa fue un pedido especial de Brigitte Macron, la primera dama de Francia. Se sirvió en un plato de porcelana de Sèvres blanco con borde azul, que juntos forman, por casualidad, los colores de la bandera tricolor.
El plato principal fue un plato relativamente “simple” de pollo de Bresse , marinado en champán con maíz tostado y porcini gratinado, creado por el chef francés Yannick Alléno, que posee 15 estrellas Michelin en sus 17 restaurantes y es considerado uno de los mejores del mundo.
“Cuando atiendes a tanta gente, nunca debes involucrarte en cosas demasiado sofisticadas, porque no todos tienen los mismos gustos”, afirmó. «Por lo tanto, debemos favorecer las cosas simples«, explicó.
La lista de invitados fue otra negociación diplomática, que irritó a Brigitte Macron. Camilla exigió 100 invitaciones para los británicos, mientras Francia sólo se quedaba con 60 para sus huéspedes.
Los actuales reyes vienen habitualmente cada verano a Francia, en visita privada, y tienen muchos amigos franceses. El rey no solo trae sus valets sino su cama ortopédica, a causa de sus dolores de espalda. Se alojan en el chateau Vaux-Le- Vicomte, uno de los más espectaculares de Francia, y aun habitado por la familia Vogüe, nobles del 1300. Se han inspirado en Versalles para su diseño y también recibe turistas.
Entre los asistentes que representaban a Gran Bretaña se encontraban como invitados en el palacio de Versaalles el novelista Ken Follet, la actriz franco-británica Charlotte Gainsbourg y las actrices británicas Charlotte Rampling y Kristin Scott Thomas, el dramaturgo Sir Christopher Hampton y el líder de los Rollings Stone, Mike Jagger .
También estuvieron presentes Bernard Arnault, director general del grupo de lujo francés LVMH, con quien desayunó el rey, el actor Hugh Grant y el ex entrenador del Arsenal, Arsène Wenger, así como los futbolistas retirados Didier Drogba y Patrick Vieira.
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