La insólita situación electoral que vive la oposición venezolana en la Argentina

En una pura coincidencia de fecha, el domingo 22 de octubre, cuando los argentinos acudan a las urnas para elegir al nuevo presidente de la Nación y una nueva camada de legisladores en el Congreso, los venezolanos también tendrán sus elecciones primarias para elegir al candidato presidencial de la oposición.

Es decir, los venezolanos elegirán a la figura que va a disputarle a Nicolás Maduro sus aspiraciones de ser reelecto en las presidenciales de ese país de 2024, si es que el régimen chavista cumple con el calendario electoral previsto. El heredero político del fallecido Hugo Chávez gobierna el país desde 2013.

Sin embargo, la diáspora venezolana en Argentina enfrenta una seria dificultad para votar: por la legislación local, no se pueden realizar otras actividades públicas y masivas ese día que se superpongan con los comicios generales.

De ahí, que sabe Clarín, los grupos opositores al chavismo en Argentina están reclamando a la jueza María Romilda Servini y al gobierno de Alberto Fernández que hagan una excepción y les permitan instalar un centro de votación para esas primarias.

Antecedentes políticos no faltan. Fernández eludió la cuarentena que rigió entre 2020 y 2021 y les permitió a los bolivianos de la Argentina votar en las elecciones en las que Luis Arce, del MAS volvió al poder. Y ello porque el Gobierno es amigo del ex presidente Evo Morales y de su sucesor.

«La única posibilidad que vimos es dirigirnos a la jueza federal que tiene competencia electoral, que básicamente es la autoridad máxima que puede decidir sobre esta situación, y estamos esperando respuesta desde hace varias semanas«, explicó la activista Elisa Trotta Gamus, en referencia a su pedido a la jueza Servini.

Para la diáspora venezolana poder votar en la primaria es un paso «muy importante, trascendente y emocionante ya que de alguna manera recuperamos el derecho que nos arrebató la dictadura a expresarnos libremente en unas elecciones», agregó.

Cerca de medio millón de migrantes venezolanos se empadronaron para votar en la trascendental elección primaria en todo el mundo.

En Argentina se inscribieron 16.934 personas. Es una cifra muy importante, y según Trotta Gamus, los grupos de venezolanos están haciendo «absolutamente todo lo posible para que este proceso se pueda realizar, porque además la diáspora venezolana en Argentina históricamente ha sido muy organizada, muy activa y muy responsable». Aseguró que tienen «todo listo» pero que «la pelota está en manos de la jueza».

Al mismo tiempo, trascendió que la Comisión de Primaria venezolana hizo gestiones en Caracas ante el despacho del embajador argentino Oscar Laborde, con quien reunirse para pedirle precisamente que se autorice la instalación de los centros de votación para la diáspora venezolana en Buenos Aires y Córdoba.

Laborde dijo a Clarín: «Estuve con el Presidente de la Comisión de Primarias José Casals, votan el mismo día 22 de octubre, le damos todo el apoyo y los contacté con la DINE de Argentina (la Dirección Nacional Electoral)».

Por eso, ante este apoyo llama la atención el discurso del gobierno argentino en la última reunión sobre Venezuela del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, donde el embajador Federico Villegas Beltrán prácticamente sugirió que primero se levanten las sanciones internacionales que imperan contra Venezuela y contra algunos jerarcas del régimen para luego conversar sobre diálogo y derechos humanos.

Además, no mencionó los crímenes de la dictadura de Maduro documentados en el informe de la FFM (Misión de Determinación de Hechos): ejecuciones extrajudiciales (entre los más altas del mundo), desapariciones forzadas, detenciones arbitrarias, tortura, violencia sexual y de género, acoso y amenazas a familiares de opositores políticos, censura a la prensa, entre otras, algunos de los cuales constituyen crímenes de lesa humanidad.

Y lo peor, pidió a Venezuela observar las recomendaciones de los órganos de tratados y de la Oficina del Alto Comisionado, pero no de la FFM, cuando justamente era un diálogo con la misma. Ni siquiera la menciona ni agradece la presentación del informe, que es el procedimiento de forma.

Las elecciones internas venezolanas fueron convocadas por la oposición de ese país desafiando todos los obstáculos impuestos por la dictadura chavista, que busca impedir que la disidencia se unifique en torno a una candidatura unitaria para que vayan divididos a los comicios presidenciales y que Maduro pueda ganar cómodamente.

A pesar de estos obstáculos, que incluyen proscripciones de candidatos, amenazas de cárcel, hostigamientos, ataques violentos e impedimentos para utilizar los centros de votación tradicionales, la oposición ha logrado avanzar con la organización de esta elección interna con una Comisión Nacional de Primaria integrada por respetados intelectuales y miembros de la sociedad civil venezolana.

En ese contexto Trotta Gamus dijo que el tiempo les jugaba en contra. «Estamos listos en todo sentido para que una vez que nos den la autorización podamos hacerlo, pero nos preocupa que no nos respondan a tiempo o que nos lo nieguen, porque además tenemos que ser muy responsables con los votantes y con los organizadores, porque sería muy irresponsable hacer algo para lo que no tenemos autorización y que puede tener penas de la ley», advirtió.

Son 13 los precandidatos que se enfrentan para convertirse en el abanderado de la oposición venezolana. La favorita es María Corina Machado, una firme opositora al régmen chavista que tiene una intención de voto que ronda el 70% en todas las encuestas. En Argentina, Machado se referencia con la candidata de Juntos por el Cambio, Patricha Bullrich, de quien dice es una gran amiga.