El canciller de EE.UU. llegó para reforzar el apoyo a Israel, pero reclama el cese temporal de la guerra y aliviar el desastre humanitario en Gaza
El canciller norteamericano Antony Blinken llegó este viernes, nuevamente a Tel Aviv por tercera vez desde el inicio de la guerra, con la delicada misión de convencer al gobierno conservador israelí de que acepte un cese temporal del fuego en la ofensiva contra el grupo terrorista Hamas.
Busca que se habilite una contundente y visible ayuda humanitaria en Gaza. Un gesto destinado a aliviar la tensión entre los aliados árabes de ambos países y evitar que el conflicto se extienda en la región.
Sobrevuela ese peligro por un inminente discurso del líder de las milicias libanesas de Hezbollah, Hassan Nasrallah, aliado clave de Hamas, la primera vez que habla desde el inicio del conflicto, y que puede anunciar una ofensiva sobre la frontera norte donde ya hay graves escaramuzas. En las últimas horas se produjo el mayor cruce de ataques entre esa milicia y las fuerzas israelíes.
Israel no ha respondió a las demandas de Estados Unidos para un alivio de la ofensiva. El primer ministro Benjamín Netanyahu, muy debilitado y acosado por pedidos de renuncia, está urgido a lograr éxitos en esta campaña para evitar su caída, de modo que rechaza un cambio en la operación y advirtió nuevamente que ”nada nos detendrá”.
El portavoz de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Kirby, aclaró que Washington no aboga por un cese del fuego general, sino una pausa “temporal y localizada” para disponer la ayuda a las víctimas civiles. Otro de los objetivos de Blinken es ampliar la salida de extranjeros de la Franja. Unas 800 personas, en su mayoría palestinos con doble nacionalidad y médicos y funcionarios de ONG, ya cruzaron a Egipto por el paso de Rafah.
«No combatimos a los palestinos»
En una señal de que Israel estaría sintiendo la presión internacional por la enorme cantidad de muertos no beligerantes en la Franja, el portavoz militar, el general Daniel Hagari, afirmó que “quiero dejar algo muy claro, Israel está en guerra contra Hamas. Israel no está en guerra contra los civiles de Gaza”.
Blinken también visitará Jordania, un país firmemente asociado con EE.UU. e Israel, pero cuyo gobierno convocó a su embajador en Tel Aviv y le indicó al enviado israelí que permaneciera fuera del país hasta que haya un alto a la guerra y a la “catástrofe humanitaria”. Lo mismo ha hecho Bahréin.
Esas reacciones se multiplican debido a las presiones desde las calles que reciben los gobiernos y las monarquías de la región que mantienen, sin embargo, un lazo privado fuerte con Israel detrás de eliminar a Hamas, un enemigo común, le indican este enviado fuentes diplomáticas en Jerusalén.
Arabia Saudita, que hasta el inicio de la guerra venía negociando un histórico acuerdo con Israel, condena también el costo en vidas de la ofensiva de Israel, pero al mismo tiempo colabora junto con Jordania para destruir los misiles que lanzan las milicias pro iraníes de Yemen e incluso autorizaron a los aviones israelíes a operar dentro de su espacio aéreo.
Esta guerra de escala sin precedentes con una fuerza insurgente no estatal, se disparó por un sanguinario ataque de la banda Hamas sobre un puñado de kibutz en el sur de Israel donde mataron en apenas horas a más de 1.400 civiles desarmados y secuestraron a 242 personas. Las fuerzas de seguridad y de inteligencia fueron sorprendidas por el ataque, un fallido que, según las encuestas, los israelíes en un 80% achacan a Netanyahu.
Este escenario político y diplomático sucede mientras crece la ofensiva militar en la Franja con el paso a las temidas batallas callejeras en la Ciudad de Gaza, la capital de la Franja y el centro neurálgico de la organización fundamentalista. La urbe fue rodeada por las tropas israelíes y se multiplican los enfrentamientos directos.
Lucha densa y compleja en la ciudad
Las milicias de Hamas, a su vez, atacan y escapan con estilo de guerrilla por la sofisticada red de túneles que armaron una virtual ciudadela bajo tierra. “Las fuerzas israelíes están luchando en una zona urbanizada, densa y compleja”, dijo el jefe del Estado Mayor Conjunto, Herzi Halevy. La red Al Jazeera que transmite desde el lugar indicó un bombardeo sobre edificios de departamento en el barrio de Tel al-Hawa de la ciudad. Suman ya 23 los soldados y oficiales israelíes muertos en esta batalla.
El jueves, aviones israelíes arrojaron folletos en los que advirtieron a los residentes que evacuaran inmediatamente el campo de refugiados de Shati, limítrofe con el centro de la Ciudad de Gaza. “El tiempo se ha acabado», se lee en los folletos, que advierten que se llevarán a cabo ataques “con fuerza aplastante” contra los combatientes de Hamas.
Cientos de miles de palestinos continúan en la ruta en el norte de Gaza, pese a los repetidos llamados de Israel para que evacuaran la zona. No tienen donde ir y han perdido todo. Muchos se han ido a instalaciones de las Naciones Unidas, con la esperanza de estar a salvo allí.
Pero cuatro escuelas de la ONU convertidas en refugios fueron impactadas causando la muerte de 24 personas, de acuerdo con Philippe Lazzarini, secretario general de la agencia los refugiados palestinos, conocida como UNRWA por sus siglas en inglés, una dependencia del organismo internacional.
La BBC señaló que un vídeo extremadamente gráfico, filmado en una escuela primaria en el campo de refugiados de Jabalia, en el norte de Gaza, muestra las consecuencias, primero afuera de la puerta principal de la escuela y luego en el patio principal. En el suelo se pueden ver al menos 20 personas, entre muertos y heridos, entre hombres, mujeres y niños.
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