El motivo detrás del diplomático «resfrío» del papa Francisco en un encuentro con rabinos en el Vaticano

Un imprevisto anuncio del Papa Francisco (“no estoy bien de salud”) en una audiencia con rabinos europeos, hizo pensar el lunes a la mañana en algo serio o en un resfrío “diplomático” del pontífice que le evitó leer el discurso preparado, que consignó a sus visitantes, cargado de contenidos. Esta sensación se consolidó más tarde cuando el pontífice argentino, en espléndida forma, recibió a siete mil niños de todo el mundo y les habló sin carraspeos de la urgente necesidad de la paz en el mundo que ya sufre de una difundida guerra mundial por pedazos.

El episodio sirvió, con toda su ambigüedad, para consolidar el papel de mediación de la Santa Sede y del Papa en persona para detener de alguna manera una guerra que este martes cumplió un mes y va cada vez peor.

Crecen los riesgos de que se salte a un conflicto regional en Medio Oriente, con Irán al frente de una coalición de movimientos y grupos armados de la región, el llamado “Eje de la Resistencia”, que Teherán lidera.

De allí que el resfrío papal sirva objetivamente, porque el domingo el Papa mantuvo una conversación telefónica con el presidente de Irán, Ebrahim Raisi, quien le agradeció su intervención e insistió en la posición iraní de que no fue el inspirador del desastroso ataque de Hamas de hace un mes.

Clarín destacó hace una semana que el canciller iraní, Hossein Amir Abdollahian, había pedido un diálogo directo al Vaticano y habló por teléfono con el Secretario para las Relaciones con los Estados del Vaticano, el monseñor británico Paul Gallagher, estrecho colaborador del Papa.

A Gallagher le agradeció la posición del Papa de reclamar un inmediato cese del fuego e insistió en que Irán no había sido el inspirador de la guerra promovida por Hamas, el movimiento palestino gobernante en Gaza. Tanto el presidente iraní como su canciller, una semana antes, acusaron a Israel como culpable del conflicto.

El presidente Raisi le prometió al Papa “utilizar todo su potencial diplomático” para detener los ataques y enviar ayuda humanitaria”, según la agencia iraní Irna.

La Santa Sede se limitó a confirmar la llamada telefónica.

El Papa habló animadamente con los rabinos en la audiencia y entregó a cada uno el texto del discurso que no les había leído. Una frase dice así: “Preocupa el difundirse de manifestaciones antisemitas, que firmemente condenamos”.

Francisco también repudió la “vendetta” y “el odio bélico.”

En el discurso consignado a los rabinos, el Papa dice: “Todavía una vez más la violencia y la guerra han estallado en aquella Tierra que, bendita por el Altísimo, parece siempre castigada por las bajezas del odio y del rumor funesto de las armas”.

Agregó que “no las armas, no el terrorismo, no la guerra sino la compasión, la justicia y el diálogo son los medios adecuados para edificar la paz.”.

El Papa concluyo que “la palabra de Dios orienta nuestros pasos, a la búsqueda del prójimo, de la acogida, de la paciencia, y no por cierto por el brusco ímpetu de la venganza y la locura del odio bélico”.