A la espera de La Doce, Boca y Fluminense bajaron un mensaje de paz y el Maracaná se blinda para un operativo de máxima seguridad
Que haya paz. Esa fue el pedido y el mensaje que bajó desde la Conmebol este viernes, a poco más de 24 horas para el inicio de la final de la Copa Libertadores en el Maracaná de Río de Janeiro. Después de los incidentes que se registraron en la tarde -primero- y la noche -después- del jueves en Copacabana con una razzia por parte de la Policía Militar sobre los hinchas de Boca y también la emboscada de la barra de Fluminense -escoltada por la policía- a metros de la entrada del Fan Fest encendieron las alarmas en la organización. Paz.
La Conmebol llamó entonces a una reunión de urgencia en la mañana del viernes para mostrarse firme y dar una muestra de unión: asistieron Jorge Amor Ameal, presidente de Boca, Claudio Chiqui Tapia, el de AFA; y sus pares brasileños, Mario Bittencourt, de Fluminense, y Ednaldo Rodrigues, de la Confederación Brasileña de Fútbol, todos en la mesa que tenía en su cabecera a Alejandro Domínguez, presidente de la Confederación Sudamericana.
Es que durante la madrugada y a primera hora del viernes empezaron a correr rumores: que la final se iba a trasladar a otra sede (¿y qué iban a hacer con las entradas vendidas y el público?), que se iba a jugar a puertas cerradas (imposible), que cambiarían la fecha. Nada de esto se puso sobre la mesa cuando Domínguez les pidió a los dirigentes de los equipos finalistas que enviaran un mensaje de entendimiento y de paz. Eso hicieron, Ameal y Bittencourt se mostraron juntos en un video que difundió la Conmebol en las redes sociales.
Y por la tarde, a través de los mismos canales de información, la Conmebol emitió un comunicado en el que repudiaba los «hechos de violencia y racismo». También recordó lo acordado en la reunión del 19 de octubre, en Paraguay, en la que se «firmó el compromiso de ambos clubes de asumir el compromiso de impulsar campañas y acciones contra la violencia y el racismo en el seno de sus respectivas hinchadas».
La CONMEBOL hace un llamado a los hinchas de @BocaJrsOficial y @FluminenseFC a compartir todos juntos los momentos de alegría y celebración que nos dan nuestro fútbol. Los valores del deporte que más nos apasiona deben ser inspiradores de conductas de paz y armonía. Por eso,…
— CONMEBOL.com (@CONMEBOL) November 3, 2023
Según trascendió, desde Boca mostraron su descontento -más allá de la predisposición para bajar el mensaje de Conmebol junto a los dirigentes de Fluminense- porque entienden que la gente de Boca «no robó, no agredió y no tuvo actos de racismo con nadie». Tal vez a la Conmebol le faltó poner el acento en la represión policial.
Este viernes, una multitud de hinchas de Boca volvió a las playas de Copacabana, a la altura del Posto 4, en el quiosque Buenos Aires, para realizar un banderazo (ver aparte). Al cierre de esta edición, la jornada había transcurrido con total normalidad. Con mucho alcohol y euforia, y alguna corrida a algún «malandro» que manoteó un celular, pero sin enfrentamientos con hinchas de Fluminense (estuvieron en el Fan Fest), ni con la policía que -se ve- recibió la orden de no reprimir.
En tanto, para el partido de este sábado, la organización y las autoridades locales diseñaron un operativo de seguridad que contará con cerca de 2.240 efectivos de la Policía Militar y contará con 24 puntos de control en las adyacencias del estadio. Desde la organización le deslizaron a Clarín que «habrá que llegar muy temprano porque los controles se intensificarán a medida que se acerque el horario del partido». Recomiendan que los espectadores chequeen tener los códigos QR en sus celulares para poder ingresar al Maracaná sin problemas.
Quienes estarán a cargo de comprobar la veracidad de las entradas digitales serán los miembros del Batallón Especial de Vigilancia de Estadios (BEPE), que contarán con el apoyo del Comando de Operaciones Especiales (COE). Además, las autoridades informaron que «Agentes policiales del Grupo Aéreo de la Policía Militar (GAM) realizarán patrullajes con aeronaves y drones por todo el perímetro de seguridad del estadio con el fin de mantener el orden público».
E hicieron énfasis en que «está prohibido el ingreso de bebidas alcohólicas, botellas de vidrio, banderas con varillas, mensajes que puedan desencadenar episodios de violencia o sean agresivos, además del ingreso de camisetas o símbolos de otros equipos que no estén involucrados en la gran final». También se realizará un monitoreo de las redes sociales para «estar al tanto» de la ubicación de los hinchas de cada equipo.
Pero la frutilla del postre la pondrá la barra brava de Boca Juniors. Se espera el arribo del vuelo chárter que traslada desde Buenos Aires a Rafael Di Zeo y Mauro Martín, los jefes de La Doce. Rafa y Mauro pisarán Río de Janeiro durante la madrugada del sábado. Con ellos estará Marcelo Aravena, que este jueves había enviado una invitación a los barras de Flu: «Están obligados a pelear con nosotros», dijo. En tanto, de parte de los torcedores cariocas, en redes sociales mandaron un mensaje de paz en consonancia con lo que pidió Conmebol. Habrá que esperar. Y que reine la paz.