Dexter Scott, el tercer hijo del reverendo y activista de derechos civiles Martin Luther King Jr., murió este lunes a los 62 años de un cáncer de próstata. El Centro King, de cuyo directorio era presidente, dio la noticia en un comunicado.
La muerte de Dexter King se produjo en su residencia de California, en Estados Unidos, mientras dormía con su esposa, Leah Weber King.
En un parte de prensa que brindó a través de la organización no gubernamental que rescata el legado de Luther King, Leah Weber dijo que su esposo «transicionó pacíficamente mientras dormía en casa conmigo en Malibú» y agregó que «lo dio todo y peleó contra esta terrible enfermedad hasta el final. Como con todos los retos de su vida, afrontó este obstáculo con valentía y fuerza».
Su hermano, Martin Luther King III, agregó: «Me entristece profundamente compartir que mi hermano, Dexter Scott King, falleció. Este shock repentino es devastador. Es difícil tener las palabras adecuadas en un momento como este. Por favor, tengan a toda la familia King en sus plegarias, y en particular a la esposa de Dexter, Leah Weber».
El fallecido era el tercero de los cuatro hijos del reverendo y activista Martin Luther King Jr. y Coretta Scott King.
Dexter King nació en 1961 en Atlanta y tenía apenas 7 años cuando su padre fue asesinado en 1968 en Memphis, Tennessee. Sus padres lo nombraron ‘Dexter’ en honor a la Iglesia Bautista de la Avenida Dexter, en Alabama, de la que Martin Luther King fue reverendo antes de mudarse a Atlanta.
El tercer hijo del ícono de los derechos civiles fue el miembro de la familia encargado de continuar con el legado pacifista de su padre y proteger su trabajo. Al momento de su muerte, Dexter era presidente del Directorio del Centro King (del que su hermana, Bernice, es la CEO).
Dexter tenía, además, interés en las artes escénicas y había incursionado en el cine, interpretando a su padre en la película ‘The Rosa Parks Story’ debido a su gran parecido físico.
El diálogo con el asesino de su padre
En 1997, Dexter se había reunido por primera vez con James Earl Ray, el confeso asesino de Martin Luther King. En el encuentro, el convicto insistió en su inocencia y aseguró: «Yo no maté a su padre». En un brusco cambio de postura, los herederos del líder de los derechos civiles dijeron que le creían y que buscarían justicia.
La reunión se había dado en el lecho de muerte de Ray, en Nashville. El convicto tenía 69 años, estaba purgando una sentencia de 99 y padecía una afección hepática irreversible.
Source link