Aunque los tintes políticos y el peso de la Historia marcan las posiciones de los latinoamericanos ante la guerra entre Israel y Hamas, la mayoría de los gobiernos de izquierda mantienen su tradicional apoyo a la causa palestina y, con Brasil a la cabeza, abogan por una solución pacífica.
Desde el brutal ataque del grupo islamista Hamas el 7 de octubre en territorio israelí en el que fueron asesinadas unas 1.400 personas, Israel ha bombardeado de forma incesante la Franja de Gaza causando al menos 7.000 muertes, según el movimiento palestino.
Entre los muertos hay al menos nueve argentinos, tres brasileños, tres peruanos, un colombiano, un chileno y un hondureño, además de una treintena de desaparecidos latinoamericanos, de los cuales 21 son argentinos y entre ellos hay un bebé, según se confirmó este viernes.
Brasil, la voz más fuerte
Brasil, que ha recobrado protagonismo internacional tras el regreso de Luiz Inácio Lula da Silva al poder, es el país latinoamericano más activo en la búsqueda de un alto el fuego.
o presidente de turno del Consejo de Seguridad de la ONU, el veterano político socialdemócrata ha multiplicado contactos diplomáticos con una postura crítica con Hamás y también con Israel. «No es porque Hamas cometió un acto terrorista contra Israel que Israel tiene que matar a millones de inocentes», afirmó Lula esta semana.
«Mi papel es intentar crear las condiciones para que nos sentemos en una mesa de negociación», afirmó el líder del Partido de los Trabajadores de Brasil. «Es preciso que Israel se quede con el territorio que es suyo y que los palestinos tengan derecho a sus tierras», remarcó.
Aunque sus esfuerzos no permitieron aprobar hasta ahora una resolución en el Consejo de Seguridad, Lula persevera: «Estoy cansado de hacer llamadas telefónicas, pero continuaré porque es necesario».
Brasil se coloca «como un árbitro», sostiene Roberto Goulart Menezes, coordinador del Núcleo de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Brasilia.
Y «esta postura de condenar los ataques de Hamas, pero sin apoyar medidas de fuerza desproporcionadas por parte de Israel» es la que predomina en el continente latinoamericano, apunta el especialista.
Solución pacífica
Es el caso también de gobernantes de centroizquierda como Gabriel Boric en Chile y el mexicano Andrés Manuel López Obrador.
«No queremos tomar partido porque queremos ser factor para la búsqueda de una solución pacífica», dijo López Obrador.
Chile, con la mayor comunidad palestina fuera del mundo árabe (500.000), condenó el ataque de HamAs a la vez que defendió la reanudación de negociaciones que incluyan la solución de dos Estados.
Esto se debe a una posición «histórica» de los países latinoamericanos, apunta Karina Calandrin, profesora de Relaciones Internacionales y asesora del Instituto Brasil-Israel.
La región «siempre fue favorable a la autodeterminación de los pueblos, incluyendo el palestino y la necesidad del establecimiento de un Estado», sostiene Calandrin.
La gran mayoría de los países latinoamericanos reconoce a Palestina como Estado o tiene oficinas diplomáticas en Ramallah, Cisjordania.
Roces con Israel
Por su parte, el presidente colombiano, Gustavo Petro, ha inundado las redes con mensajes sobre el conflicto, algunos calificados por Israel como «antisemitas».
Me he entrevistado hoy con el embajador de Israel y el embajador de Palestina.
He expresado.mi posición de conseguir una conferencia internacional de paz que abra el camino para dos estados independientes y libres.
He expresado mi solidaridad con la niñez israelí y palestina… pic.twitter.com/GlnWyU93EK
— Gustavo Petro (@petrogustavo) October 19, 2023
Su postura recuerda al papel que ejercía el ex presidente venezolano Hugo Chávez (1999-2013) en defensa de la causa palestina.
«Petro trata de mostrar sus credenciales ideológicas, en las que la causa palestina es muy importante para la izquierda internacional» y «ubicarse como el líder que va a llenar el vacío de liderazgo de la izquierda radical en la región», dice a la AFP Víctor Mijares, director de Strategos, observatorio de la seguridad global de la Universidad de los Andes, de Bogotá.
Los gobiernos de Nicolás Maduro en Venezuela, que acusó a Israel de «genocidio contra el pueblo palestino», Daniel Ortega en Nicaragua o de Cuba «están desprestigiados o un poco aislados», sostiene.
Solidaridad con el Estado hebreo
Entre los países que expresaron una mayor solidaridad con Israel figuran Paraguay, Uruguay, El Salvador y Ecuador por tratarse de gobiernos de derecha, afirma Calandrin.
La excepción es Argentina, gobernado por el peronista Alberto Fernández, y con la mayor comunidad judía de América Latina, con al menos 250.000 integrantes.
Buenos Aires fue escenario de dos atentados antijudíos en los años 1990, que dejaron más de un centenar de muertos.
Las embajadas de Israel y de Estados Unidos en la capital argentina recibieron la semana pasada sendas amenazas de bomba.
Frente al emblemático teatro Colón, una campaña exhibió los retratos de algunos de los cerca de 200 rehenes de Hamas para exigir su liberación.
El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, de ascendencia palestina, repudió con vehemencia a Hamas.
«Lo mejor que le podría pasar al pueblo palestino es que Hamas desaparezca por completo. Esas bestias salvajes no representan a los palestinos», dijo Bukele en X (antes Twitter).
El ex presidente de Uruguay José Mujica, a su vez, rogó a Hamas que libere a los latinoamericanos secuestrados.
«No van a resolver el problema de Palestina, la justa causa que pudo haber tenido históricamente, sacrificando a gente», afirmó el ex guerrillero de izquierda.