El académico Sergio Della Pérgola, un italiano residente en Israel desde 1966, es considerado uno de los demógrafos más relevantes del mundo, especializado en el pueblo judío. Con sus datos minuciosos, sostiene que en unos años uno de cada a cuatro israelíes será ortodoxo o ultra ortodoxo lo que impactará a nivel político. Esas minorías hoy “retienen” al gobierno de Benjamín Netanyahu dice, a las que para mantenerlas de su lado les dio mucho poder y especialmente mucha plata.
Profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén, comparte el enojo y frustración por el sangriento ataque de Hamas al que visualiza como un grupo nazi. “Es la mejor comparación… Hay que eliminar a los genocidas de Hamas” y después “pensar en un futuro con dos soluciones separaras, una para Gaza y otra para Cisjordania, son entidades diferentes, hostiles y en guerra civil”.
-¿Esa mirada es común a todas las minorías?
-No, hay muchas formas de ortodoxia y algunas aceptan la modernidad. Por ejemplo el judaísmo no está en contra de trabajar como sostienen algunos de estos sectores que plantean estudiar toda la vida los libros sagrados, no hacer ni el servicio militar, no hacer nada y recibir un subsidio estatal para todo eso.
-Se necesita un estado muy rico…
-Si, hay que mantener económicamente a estos sectores. El Estado de Israel es muy progresista de modo que en el centro tiene a los pobres y de eso hay mucho en estos sectores donde los hombres no trabajan, sí las mujeres, pero en empleos de pocos ingresos. El Estado además subvenciona sus escuelas. En Israel hay 4 redes y no una como en otros países, de instrucción nacional subvencionada: la nacional secular, la nacional religiosa, integrada a la modernidad, la de los árabes y la cuarta es esta red de ultraortodoxos.
-¿Ese crecimiento incidirá como ahora en la política y su desarrollo?
-Es así. Como ningún partido puede ganar la mayoría, ni siquiera lo logró Ben Gurion, un líder socialdemócrata con mucho carisma, en las coaliciones siempre hay un partido dominante y pequeñas formaciones que tienen un poder de negociación muy intenso pese a su menor tamaño.
-Es es la palabra. El caso del (primer ministro, Benjamín) Netanyahu es claro, por sus problemas personales con la justicia necesita una coalición compacta y absolutamente fiel y acabó en un intercambio ente los intereses políticos del país y los del personaje. A cambio de un apoyo total el premier le da a estos partidos mucho más poder incluyendo ministerios y sobre todo plata, muchísima plata. Y se creo una desafortunada polarización casi total entre el gobierno y la oposición cuando el interés del país sería un gobierno de unidad nacional que incluya centro izquierda, centro derecha, con amplia representación de ideas políticas.
-¿Eso fue parte del ataque a la justicia de estos sectores?
-Buenos, esos no son los ultraortodoxos, sino los religiosos ultranacionalista que tienen una visión de tipo mesiánico y a la vez moderno que involucra a todo el problema de los asentamientos en Cisjordania, por eso el conflicto con la justicia. Hay un error dramático en el planeamiento estratégico de la fuerza militar en relación a esos intereses, han cambiado las prioridades y es muy muy peligroso como acabamos de ver con el ataque terrorista.
-¿Hasta qué punto este asalto golpea ese armado político?
-El siete de octubre (día del ataque) implica un cambio de paradigma que requiere otro manejo de la situación, con vistas al futuro. No hay manera de hacer un acuerdo con la otra parte, en Ramallah y también desarrollar fuerzas como Hamas ha sido otro error. Detrás de Hamas está Irán, que tiene una concepción genocida, no la de un derecho contra otro derecho. La carta fundacional de Hamas es nazi, reclama matar al judío detrás del árbol, de la roca.
—¿Cuál es esa visión posible de futuro que señala?
– El gobierno palestino falleció, murió, hay que buscar otra solución. Dos soluciones separadas una para Gaza y otra para Cisjordania, son dos entidades distintas, hostiles, hay una guerra civil entre ambos.
— Gaza necesita eliminar al genocida Hamas y sustituirlo por otro liderazgo palestino, como esto no existe hoy deberá hacerse con otros países árabes. Una intervención … una fase de transición hasta que se cree un tipo de régimen que acepte las reglas del juego que son las reglas de la coexistencia con Israel. La pregunta es cuáles serían esos países, no los occidentales claro, pero entre los musulmanes, los Emiratos, Egipto, los sauditas que estaban negociando con Israel y ese ataque mató esos acuerdos.
–Se asegura que con este ataque Hamas se suicidó porque no tiene ya forma de salvarse, ¿coincide?
– En mi opinión eso sucede solo cuando se suicida el jefe en el bunker como en Alemania (con Hitler). No lo veo por el momento. En todo caso hay que suicidarlos sino se suicidan. Y después, política. Israel no se puede hacer cargo de dos millones de palestinos por cierto. Hay que crear un proceso político. Netanyahu no puede hacerlo, lucha para no llegar a los tribunales, pero llegará. Netanyahu acabó su carrera política.
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