Cómo fue la noche en que Fabi Cantilo cantó temas de los Redonditos, Charly, Fito y Calamaro, además de sus hits propios
Sin dudas que Fabi Cantilo vive el mejor momento de su carrera, y hay varias razones para explicarlo. No sólo se debe a su lógica aparición en la serie de Netflix sobre Fito Páez, sino también al resultado de 40 años de carrera (en 1983 debutó discográficamente con La dicha en movimiento, de Los Twist).
Tres fechas agotadas en el teatro Gran Rex (repite este domingo y martes 3) encierran todo lo que ocurrió entre aquel álbum fundacional del ingreso al «pop en democracia» y los episodios donde la actriz Mica Riera recrea su actividad personal y profesional en los años ’80.
Y cabe subrayar que en esas cuatro décadas hizo de todo y vivió una montaña rusa emocional. Arrancó como solista con el padrinazgo de Charly García, grabó con la banda de rock que tenía Gabriel Carámbula, y vivió un primer boom con éxitos como Mi enfermedad, Mary Poppins y el deshollinador, Llego tarde y Algo mejor.
Por supuesto que esas canciones no pudieron faltar en el Gran Rex, donde también hizo guiños a su paso por la banda de García: cantó Demoliendo hoteles (ya anticipada en Obras junto a Silvestre y La Naranja) y Bancate ese defecto, ambas ovacionadas por todo el público.
En su carrera, tras ese éxito casi inicial, tuvo altibajos de popularidad, pero en el camino fue dejando de lado la interpretación de composiciones ajenas y pulió su pluma de cantautora, con mayor y menor grado de difusión. Pero en el camino quedaron gemas que no deja de cantar en vivo, como Amor equivocado, Ya fue, Jupiter, De qué se ríen y Cuidado.
En ese devenir que tan bien recorrió en el primero de sus tres conciertos en plena calle Corrientes, logró un segundo boom de su carrera con los dos discos de versiones, que representó con La bestia pop, de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota y Fue amor, de Páez.
Cómodamente instalada en un lugar de referente e influencia para dos generaciones de cantantes, Fabi siguió grabando y cantando en vivo, nuevamente con resultados oscilantes pero una vez más sumando canciones que resistieron el paso del tiempo, como Una tregua, Superamor y lo más reciente del álbum Cuna de piedra.
Y para adornar semejante lista de temas capaces de ser coreados por todo un teatro, montó una puesta imaginativa y bien lograda, con tarimas recubiertas de plástico, y un gran telón de fondo que al rato cayó y dejó en evidencia 12 pantallas de video.
Tocó con su banda actual (que incluye históricos como Cay Gutiérrez y Marisa Mere) y sumó una sección de vientos y cuerdas, además de un rapero en Universo fiel, y dos bailarinas que ilustraron algunas canciones.
.El resultado fue sencillamente soñado: 28 canciones que hasta incluyeron un viejo inédito de su época con Fito Páez (que muchos esperaban ver en vivo pero estaba de gira en Perú y quién sabe si volverá a tiempo para otra fecha). Hubo hits propios, de Charly, Fito, Calamaro y hasta Solari-Beilinson. Difícilmente se pueda pedir algo más.
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