Tenía el derecho a no presentarse, pero prefirió ir, defenderse, decir que todo era una “farsa” y así ocupar el centro de la escena mediática, donde le gusta estar y mucho más en campaña electoral. El ex presidente de los Estados Unidos Donald Trump asistió este lunes ante un tribunal de Nueva York que lo acusa de varios delitos, esta vez en una causa civil por fraude, engaño al fisco, aseguradoras y bancos para beneficiar a su empresa.
Es una situación que a cualquier candidato podría enterrarlo ante sus simpatizantes, pero no precisamente al magnate, que utiliza esta y otras acusaciones para transformarlas en un arma electoral.
Enojado y desafiante, el ex presidente y hoy en campaña para volver a la Casa Blanca el año que viene, pasó varias horas ante la justicia neoyorquina en un caso que podría costarle el control de su emblemática Torre Trump, en la 5ta avenida de Nueva York, donde vive cuando está en Manhattan, y otras propiedades muy preciadas por el magnate. La fiscal general del estado, Letitia James lo acusa de engañar al fisco a “inflar” su riqueza durante años de balances financieros para conseguir beneficios.
Trump dijo que era un “juicio vergonzoso”, “una farsa” y “una estafa”, después de escuchar a los acusadores decir que era un mentiroso habitual. “Estaban mintiendo año tras año tras año», dijo Kevin Wallace, un abogado de la oficina de James, mientras Trump, sentado en la mesa de la defensa lo miraba de frente, con los brazos cruzados.
La oficina de James alegó que Trump exageró su riqueza hasta en US$3,6 mil millones. Dijo por ejemplo que su penthouse de tres pisos en la Torre Trump, repleto de accesorios enchapados en oro, era casi tres veces su tamaño real y valía US$ 327 millones, mucho más de lo que cualquier apartamento de la ciudad de Nueva York haya alcanzado, dijo James. Valoró a su mansión de Mar-a-Lago en Florida hasta $ 739 millones, más de 10 veces una estimación más razonable de su valor, sostuvo James.
Lo que tenemos aquí es un intento de hacerme daño en una elección
Los abogados de magnate, en respuesta, dijeron que los estados financieros eran legítimos y que son propiedades que pueden ganar mucho dinero, dijo la abogada Alina Habba. “Eso no es fraude. Eso es bienes raíces”, dijo, acusando a la oficina del fiscal general de “sentar un precedente muy peligroso para todos los dueños de negocios en el estado de Nueva York”.
El ex presidente dijo que con el juicio la fiscal está tratando de arruinar su intento de regresar a la Casa Blanca. «Lo que tenemos aquí es un intento de hacerme daño en una elección», dijo fuera de la corte, y agregó: «No creo que la gente de este país lo defienda».
Trump es actualmente favorito del candidato republicano a la carrera presidencial de 2024 por más de 40 puntos en las encuestas sobre su inmediato seguidor y en este momento también superaría en la elección general al demócrata Joe Biden, según dicen los sondeos.
La ola de juicios que se le siguen por distintas causas (el asalto al Capitolio, los documentos clasificados que se llevó, la interferencia en el sistema electoral entre otros), no ha impactado entre sus seguidores. Al contrario, Trump utiliza estos juicios para recaudar fondos y mostrarse víctima de una conspiración. La estrategia le funciona.
El juez Arthur Engoron dictaminó la semana pasada que Trump cometió fraude en sus negocios. Si se confirma en la apelación, el fallo podría obligar a Trump a renunciar a propiedades en Nueva York, incluida la Torre Trump, un edificio de oficinas de Wall Street, campos de golf y una propiedad suburbana. Trump lo ha llamado «una pena de muerte corporativa» e insistió en que el juez es injusto y está dispuesto a atraparlo.
James está buscando $ 250 millones en multas y una prohibición de que Trump haga negocios en Nueva York. “No importa cuán poderoso seas, y no importa cuánto dinero creas que tienes, nadie está por encima de la ley”, dijo la fiscal en su camino al juzgado.
Trump niega haber actuado mal. Dice que James y el juez están subestimando activos como su resort Mar-a-Lago en Palm Beach, Florida. El magnate presentaba esos estados financieros anuales a los bancos para asegurarse préstamos y también a revistas financieras (como Forbes) para ser incluido entre los multimillonarios del mundo.
La presencia de Trump en la sala sorprendió porque no es lo que habitualmente ha hecho en los varios juicios civiles que se le sigue por otros casos. Trump no había ido a la corte ni como testigo ni espectador cuando su compañía y uno de sus principales ejecutivos, el abogado convertido en enemigo Michael Cohen fueron condenados por fraude fiscal el año pasado.
Tampoco se presentó a un juicio civil a principios de este año en el que un jurado lo encontró responsable de agredir sexualmente a la escritora E.Jean Carroll en el probador de una tienda de Manhattan.
En este caso el ex presidente, sus dos hijos mayores, ejecutivos de la Organización Trump y el propio Cohen figuran entre decenas de testigos potenciales.
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