El juez que instruye el juicio por difamación contra el ex presidente Donald Trump amenazó este miércoles con impedirle el acceso a la sala donde este miércoles testificó la periodista y querellante E. Jean Carroll, que en mayo pasado ya le ganó otro caso por agresión sexual y difamación.
La advertencia llegó luego que el ex jefe de la Casa Blanca repetidamente ignoró órdenes de guardar silencio mientras lCarroll testificaba que Trump le arruinó la reputación luego que ella lo acusó de abuso sexual.
«El señor Trump tiene derecho a estar presente aquí», dijo el juez Lewis A. Kaplan, quien lleva adelante el proceso. Pero le advirtió: «Este derecho lo puede perder si interrumpe, que es lo que se me ha informado, y si hace caso omiso de las órdenes judiciales», según la prensa judicial que asiste al juicio.
Tras una advertencia inicial, uno de los abogados de la columnista dijo que el magnate seguía haciendo comentarios a sus abogados como “esto es una cacería de brujas” y “esto realmente es un fraude”.
“Señor Trump, espero no tener que considerar el excluirlo del juicio”, declaró el juez luego de que se le permitió al jurado salir a almorzar, y añadió: “Entiendo que usted probablemente ansía que yo haga eso”.
“Me encantaría”, le espetó Trump, encogiéndose de hombros al sentarse entre sus abogados Alina Habba y Michael Madaio en la mesa de la defensa.
“Yo sé que a usted le encantaría. Usted simplemente no puede controlarse en estas circunstancias, aparentemente”, respondió Kaplan.
“Usted tampoco”, murmuró Trump.
En medio de su campaña para las primarias del Partido Republicano, el magnate asistió por segundo día al juicio por difamación incoado por la excolumnista de la revista Elle que le reclama 10 millones de dólares por daños a su reputación y a su carrera.
La acusación
En pleno auge del movimiento #Metoo la periodista denunció en un libro y en un artículo que el entonces presidente la había agredido sexualmente en 1996, a lo que Trump respondió que la historia de la agresión «era totalmente falsa» y que Carroll «no era su tipo».
«Estoy aquí porque Donald Trump me agredió y cuando escribí sobre ello él mintió y empañó mi reputación», dijo la escritora y ex periodista de 80 años al jurado, según la cadena de televisión CBS.
«Quiero recuperar mi reputación», agregó ante la mirada del ex presidente de 77 años flanqueado por sus abogados, que el lunes arrasó en la primera cita de las primarias del Partido Republicano en el estado de Iowa en su carrera para volver a la Casa Blanca en los comicios de noviembre.
Campaña en los tribunales
Este juicio es el segundo en ocho meses en el que Carroll se enfrenta a Trump. En mayo pasado, un jurado le dio la razón a la columnista y condenó al magnate a pagarle 5 millones de dólares por daños: dos por agresión sexual y tres por difamación por otras declaraciones ocurridas en 2022. Trump ha apelado el fallo.
A diferencia de entonces, el juez Lewis Kaplan ha determinado que Carroll no tiene que demostrar que hubo agresión sexual de nuevo, dada la decisión del jurado en mayo.
«Nunca en mi vida he visto a esa mujer. No tengo ni idea de quién es», repitió la semana pasada Trump, que la ha tildado de «mentirosa» y «tarada«.
El equipo defensor de Trump, con Alina Habba al frente, asegura que lo que buscaba la ex columnista de la revista Elle es «fama y notoriedad» para vender su libro.
Aunque no está obligado a asistir a este juicio civil, Trump decidió hacerlo. El martes a la noche, tras participar en un acto en el estado de New Hampshire, segunda cita de las primarias el próximo 23 de enero, y en medio de la nieve y temperaturas gélidas, el magnate republicano regresó a Nueva York para asistir al interrogatorio de Carroll en el segundo día del juicio.
El martes, después de su aplastante victoria en Iowa, el republicano también asistió a lo largo de la mañana a la selección del jurado.
«Quiero asistir a todos mis juicios», dijo Trump la semana pasada cuando asistió al final de otro juicio por malversación fiscal también en un tribunal de Manhattan, en el que también están acusados dos de sus hijos y la empresa familiar.
Con varios frentes legales abiertos, Trump se considera víctima de una «caza de brujas» orquestada desde la Casa Blanca para obstaculizar su regreso a la presidencia.
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