Make up your mind, uno de los programas de más audiencia en las televisiones belgas en este inicio de curso escolar y político, es un bombazo del que habla todo el país. No por ser un concurso de drag queens, que ya sólo escandalizan a los que están desesperados porque los escandalicen, sino porque detrás de una de esas drag queens, ‘Cindy Envy’, se esconde un hombre al que nadie se había imaginado así.
Sammy Mahdi, bruselense hijo de una mujer belga flamenca y un refugiado iraquí, que cumplió el pasado jueves 35 años, fue ministro de Migración y Asilo hasta que en junio del año pasado fue elegido presidente del partido conservador flamenco, la CD&V (siglas cuya pronunciación en inglés clavan al nombre artístico de ‘Cindy Envy’).
El partido es miembro de la familia democristiana europea y heredero del antiguo Partido Popular Cristiano que gobernó el país durante décadas después de la Segunda Guerra Mundial.
Es un partido hermano de formaciones conservadoras como la CDU alemana, Les Républicains franceses o el Partido Popular español. Es una formación conservadora, tradicionalista y cristiana a la que Mahdi quiere dar otros aires.
Mahdi o Cindy Envy se presentó el 8 de septiembre en el plató de VTM, la primera cadena de televisión privada en Flandes, vestido con un espectacular conjunto color naranja (el color de su partido) y terminó, semanas después, por ganar el concurso ante un jurado de drag queens profesionales y de personalidades mediáticas del país.
La emisión fue un éxito y las críticas fueron minoritarias, de algunos diputados de la ultraderecha flamenca. VTM, que se vende como una cadena de televisión para todos los públicos, defendió la emisión y el papel de Mahdi como la defensa de que “cada uno puede ser lo que quiera”.
Mejorar la popularidad
Sí hubo otros comentarios, como los de los medios belgas que dijeron que más allá de la defensa de los derechos de colectivos discriminados, Mahdi buscaba, apareciendo en el programa, mejorar su popularidad y la de su partido, a la que las formaciones de extrema derecha como la NV-A y el Vlaams Belang han ido mordiendo electorado.
Mahdi, cuando fue ministro de Migración y Asilo, no fue precisamente blando con las personas que solicitaban asilo en Bélgica alegando que eran perseguidos en sus países por sus tendencias sexuales.
Algunos analistas explican que Mahdi busca frenar esa fuga de votos y recuperar algunos perdidos (su partido no alcanza en Flandes en algunos sondeos ni el 10% del voto, equivalente al 6% nacional).
Lo hace dando un giro a la imagen conservadora porque si las dos formaciones de extrema derecha se mantienen fuertes, no es el caso de liberales y socialdemócratas, con rasguños tras casi cuatro años de gobierno en común con los socialdemócratas, los liberales y los ecologistas francófonos.
Mahdi defendió su participación precisamente por defender a colectivos vulnerables, porque esos shows de drag queens están por ejemplo fuera de las televisiones italianas.
“Muchos derechos que creíamos ya adquiridos están siendo puestos en duda otra vez”, argumentó.
El todavía diputado dice que si hoy se intentan censurar estos shows, “otro día será con el matrimonio homosexual” (él es hetero) y que “hay que seguir dando la batalla y si yo puedo hacerlo sobre unos tacos de 20 centímetros, lo hago con placer”.
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