En la puerta de la Unidad Educativa Patria Ecuatoriana, en la calle Venezuela, un enjambre de chicos de no más de un metro de altura extienden sus brazos y ofrecen “emplasticar” el comprobante del voto. Hombres y mujeres de todas las edades, familias enteras, cochecitos con bebés, desfilan por los pasillos de cemento de este colegio estatal de la zona sur de Guayaquil, documento en mano. Militares con fusiles custodian las puertas de las aulas y orientan a quienes buscan su mesa de votación.
La escena no cambia mucho en otras escuelas de esta ciudad portuaria en Ecuador, en las primeras horas de este domingo en que se definirá quién será el próximo presidente -o presidenta- del país.
Los dos candidatos que se disputan el despacho principal del palacio de Carondelet votaron antes del mediodía. La primera fue Luisa González, abanderada del movimiento Revolución Ciudadana del ex presidente Rafael Correa. Poco después de las 8 de la mañana, rodeada de policías y militares y enfundada en el chaleco antibalas con el que se la vio durante la campaña, llegó a votar a una escuela en Canuto, en la provincia de Manabí, donde vivió casi toda su vida. La acompañaba su compañero de fórmula, Andrés Arauz, quien luego viajó a Quito para votar.
González, ganadora en la primera vuelta de las elecciones, en agosto, con 33,61% de los votos, llamó a votar “con responsabilidad y memoria”.
Su rival, el empresario Daniel Noboa, de Acción Democrática Nacional (ADN) quien en agosto quedó en segundo lugar entre los ocho candidatos, con el 23,47% de los sufragios, votó después de las 11 de la mañana, en la localidad de Olón, en la provincia costera de Santa Elena, donde vive. Tenía previsto luego viajar a Guayaquil, donde vota su esposa y donde esperarán los resultados de la elección.
Con cara de pocos amigos, uno de los policías que custodia la puerta del colegio Patria Ecuatoriana pide a esta enviada que le muestre su cartera. Mira en detalle y deja pasar. A las 10 de la mañana el movimiento es incesante pero ágil, las filas son cortas y avanzan rápido en este centro de votación en Guayaquil.
En la calle, cortada al tránsito en medio de un estricto operativo de seguridad para esta jornada electoral, varios comerciantes aprovechan la inédita afluencia de público un domingo.
Además de los puestos que ofrecen “emplasticar” el papel que cada votante se lleva como comprobante, y que se requerirá luego para cualquier trámite, otros venden bebidas frescas, jugos de frutas, salchichas asadas, pinchos de carne o tigrillo, una especie de tortilla a base de plátano y queso, un plato tradicional que aquí se come en el desayuno.
Marlon, el taxista que lleva a esta enviada, agradece que está nublado. La temperatura ya se acerca a los 30 grados y la humedad parece cercana al 100%. “Si sale el sol, la gente ni va a querer salir a votar, aquí el calor es duro”, explica.
Helicópteros policiales y controles extremos
En la zona norte de la ciudad, sobre la avenida de las Américas, el tránsito es pesado. Autos y colectivos avanzan a paso de hombre. Las paradas de buses tienen filas y en la vereda es difícil caminar entre los puestos que venden agua mineral a 25 centavos o jugos naturales a un dólar. Aquí también hay salchichas, plátano frito y otras opciones para desayunos o almuerzos.
Sobre la Universidad Laica Vicente Rocafuerte, en la Avenida de las Américas y Eloy Ortega Soto, se ve -y se oye- el paso de un helicóptero policial. Aquí también policías y militares controlan la seguridad y en algunos casos orientan a los votantes.
En este lugar es una mujer policía la que revisa la cartera. Como en la primera vuelta de las elecciones, la policía recomendó a los ciudadanos en todo el país que no llevaran mochilas, bolsos o paquetes a los locales de votación. Las autoridades pidieron además que no fueran con máscaras o cascos. El operativo de seguridad para esta jornada electoral movilizó a cerca de 100.000 agentes en todo el país, según informaron las autoridades.
Los centros electorales abrieron aquí a las 7 de la mañana (las 9 en la Argentina) y deben cerrar a las 5 de la tarde. La expectativa es grande en un escenario de virutal empate, según mostraron las últimas encuestas.
Si los resultados no son demasiado ajustados, esta noche se sabrá quién será el responsable de terminar el mandato que dejará inconcluso el conservador Guillermo Lasso, quien en mayo pasado acudió a un mecanismo constitucional para disolver el Parlamento y llamar a elecciones presidenciales y legislativas adelantadas. Evitó así un juicio político que amenazaba con destituirlo, tras acusarlo de un caso de presunta malversación de fondos que nunca se comprobó.
Alrededor de las 6.30 de la mañana, en el acto oficial de apertura de los comicios, el actual mandatario llamó al pueblo ecuatoriano a tener una jornada cívica en paz, “pensando en lo mejor para sus hijos, sus padres y el país” y destacó que los votantes tendrán la sabiduría “para desterrar la demagogia y el autoritarismo mirando hacia un mañana de paz y bienestar para todos”.
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