El papa Francisco manifestó este sábado su «cercanía espiritual» con las víctimas de tiroteo masivo de Lewiston, ocurrido el pasado miércoles en esa ciudad del estado de Maine, en Estados Unidos, que dejó 18 víctimas fatales.
«Su santidad el papa Francisco se entristeció profundamente al enterarse de la terrible pérdida de vidas como resultado del tiroteo masivo en Lewiston, y expresa su cercanía espiritual con todos los que sufrieron esta indecible tragedia», indicó un telegrama enviado en su nombre por su secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin.
El mensaje -dirigido al obispo de Portland, Rober Deeley- se dirigió especialmente a «las familias que perdieron a sus seres amados».
«Su Santidad encomienda las almas de los muertos a la amorosa misericordia de Dios todopoderoso y ora por la recuperación de los heridos y el personal médico que los atiende», indicó.
Asimismo, el pontífice quiso elogiar «los nobles esfuerzos de los primeros socorristas que se pusieron en peligro para proteger a la comunidad».
El suceso ha conmocionado Lewiston, una ciudad de unos 38.000 habitantes -la segunda más poblada del estado de Maine-, y es el tiroteo más mortífero en lo que va del año en Estados Unidos.
Robert Card, el sospechoso de cometer la masacre, fue encontrado muerto el viernes con una herida por un disparo autoinfligido.
Así lo informó la gobernadora demócrata de Maine, Janet Mills, quien anunció en una conferencia de prensa: «Robert Card está muerto».
«Como mucha gente, esta noche respiro aliviada al saber que Robert Card ya no es una amenaza para nadie. Sé que hay muchas personas que comparten ese sentimiento, pero también sé que su muerte puede no traer consuelo a muchos», dijo la gobernadora.
Entre las pocas precisiones que se dieron en la conferencia, se supo que Card fue encontrado en el bosque cerca de Lisbon, un pueblo ubicado a 12 kilómetros de Lewiston.
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