Matteo Zuppi, el cardenal enviado de paz del Papa para promover negociaciones directas entre los enemigos que combaten desde enero de 2022 una guerra promovida por Rusia con la invasión de Ucrania, completó este viernes su misión entrevistándose con el alto funcionario diplomático Li Hui, representante especial par Asuntos Euroasiáticos de la cancillería china.
Lo acompañaba un alto funcionario de la Secretaría de Estado del Vaticano.
Zuppi es considerado el más probables sucesor de Francisco, elegido por el próximo Cónclave que elegirá al sucesor del actual pontífice.
La visita a China del cardenal Matteo María Zuppi, presidente de la conferencia episcopal italiana y arzobispo de Bolonia, era necesaria para incorporar a Beijing en el proceso impulsado por Jorge Bergoglio para enderezar el conflicto por la vía de las negociaciones diplomáticas cuando faltan pocos meses para que se cumplan dos años desde el comienzo de la guerra.
Zuppi viajó a Kiev, Moscú y Washington desde junio último y se reunió con varios líderes, haciendo hincapié en los aspectos humanitarios de la misión. Las ofensivas y contraofensivas entre ucranianos y rusos en este 2023 que se suponía decisivo, han mantenido una situación de fondo trágica, sangrienta y sin que ninguna de los dos enemigos haya logrado prevalecer.
Ucrania cuenta con el apoyo de Occidente que le abastece de armamentos cada vez más sofisticados y Rusia ha respondido desplegando en el este del país sistemas defensivos que completa con andanadas cotidianas de misiles y drones que aumentan el número de muertos y heridos, con más de veinte mil mutilados solo del lado ucraniano.
Un obstáculo para las negociaciones
La gestión diplomática del cardenal Zuppi debería facilitar una nueva ofensiva de paz del Papa. Pero fuentes vaticanas señalan que la situación está condicionada por las elecciones políticas que tendrán lugar en Rusia el 17 de marzo de 2024 en las que el presidente Putin se presentará para obtener su tercera elección al hilo en el cargo.
Putin dijo el jueves, alzando la voz en un encuentro: “Si Ucrania quiere la paz, que me la pida”. Sonó como un desafío y los observadores internacionales creen difícil que el presidente ruso dará una sorpresa.
Mejor es mantener una situación como la actual preparando las negociaciones de fondo más allá de la segura reelección de Putin.
Las iniciativas diplomáticas sirven a las dos partes para preparar el terreno. La acción del Papa, que mantuvo diariamente su apoyo a la condición de víctima del pueblo ucraniano pero sin dejar de auspiciar una salida negociada, pone a Francisco en un buen punto de partida porque ya ha obtenido una respuesta favorable de Kiev, Moscú, Washington y Beijing a favorecer un empuje hacia las negociaciones de paz sin forzar los tiempos.
Según el Vaticano, en una nota, Li Hui, el interlocutor chino del cardenal Zuppi, coincidió en la fórmula de “aunar esfuerzos para fomentar el diálogo y encontrar vías que conduzcan a la paz”.
También se abordó el problema de la seguridad alimenticia para desbloquear las exportaciones de cereales ucranianos sobre todo hacia los países africanos necesitados y más amenazados por las hambrunas.
Para el Vaticano, Li Hui es un interlocutor válido por su larga experiencia diplomática. Fue durante diez años embajador de China en Moscú y es uno de los pocos extranjeros que ha recibido del presidente Putin la prestigiosa medalla de la Amistad.
Actualmente es el principal funcionario chino que se ocupa del dossier Ucrania en la cancillería de Beijing y ocupa un lugar estratégico en la estructura diplomática china.
¿Zuppi a Moscú?
Pero en el último día de la visita del cardenal a China llegó desde Rusia la noticia de un probable ulterior viaje de Zuppi. En una declaración a la prensa local el ministro de Asuntos Exteriores, Serguei Lavrov, dijo que “el enviado del Papa para Ucrania tiene en programa un nuevo viaje a Moscú”.
Las autoridades rusas “están prontas a hablar con él”. Al parecer la ulterior visita de Zuppi estaría vinculada a las iniciativas humanitarias por las cuestiones de los niños ucranianos transferidos en Rusia”, informó el sitio Vatican news que brinda información oficial de la Santa Sede.
La visita del cardenal, según la agencia vaticana, tendría también que ver con la suerte de dos sacerdotes, Ivan Levytskyl y Bohdan Helea, prisioneros de los rusos”, cuyo caso ha sido denunciado por el Sínodo greco católico durante el reciente encuentro de sus autoridades con el Papa Francisco”.
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