el periodista Hernán Feler y un relato desgarrador sobre el calvario de su familia en Israel

El calvario que Israel vive desde el sábado pasado luego del ataque del grupo terrorista palestino Hamas, lo cual desató en el estallido de una guerra tras la respuesta con misiles de parte de la nación de Medio Oriente, repercute de gran manera en muchas familias de Argentina, como es el caso del periodista Hernán Feler.

Durante la emisión del programa radial No Veo la Hora por D-Sports, el también relator hizo público el díficil momento que le toca padecer en las últimas horas, al igual que otras familias que se encuentran en la misma situación: lidiar contra los secuestros a civiles que realiza el grupo palestino.

«Mi tía, como a otras tantas personas, se las han llevado, la han secuestrado. Se supone que está en Gaza secuestrada por Hamas, un grupo terrorista que desprecia la vida absolutamente», declaró Feler acerca de Ofelia, su familiar de 77 años.

«Tengo en Israel a mis dos tíos, a mis primos, los hijos de mis primos… Primero en 1985, mis tíos y mis primos se fueron de Buenos Aires en busca de una nueva vida y desde entonces viven en Israel. A penas ellos llegaron hace años atrás, ya se instalaron en el kibutz Nir Oz, que está pegado a la Franja de Gaza. Siempre vivieron ahí. Hoy todos están en Israel pero los únicos que quedaron viviendo en ese viejo kibutz son mis tíos», explicó el periodista acerca de la razón por la que gran parte de sus familiares residen en Medio Oriente.

Sin embargo, cuando todo «parecía una mañana normal, como casi siempre», el pueblo israelí fue sorprendido con bombardeos. «Mi tío no estaba el día del ataque porque tuvo un episodio de salud, pero sí había quedado mi tía. Mi primo mayor, Pablo, le escribió a mi tía Ofelia que por las dudas se resguarde en el refugio de la casa«, relató Hernán.

Y siguió: «Cuando empezó el bombardeo, mi tía se fue con su celular abajo a protegerse, estaba en permanente contacto con mis primos, hasta que le dijo a uno de mis primos: ‘escucho movimientos extraños afuera’».

A partir de dicho momento fue cuando la familia perdió el rastro de Ofelia: «Mi primo le dijo que ponga su celular en vibrador, que no hable, que no mande mensajes de voz, que todo lo haga escribiendo. Eso fue más o menos cuando arrancó, que mi primo le pidió que se vaya al refugio, cerca de las 6 de la mañana. Estuvieron un largo rato hablando y en comunicación permanente. Hasta que en un momento mi primo le mandó un mensaje y ese mensaje quedó con un solo tilde».

A partir de la situación que le toca padecer, Feler pidió al aire por la vida de su tía: «Estamos deseando, rogando, y teniendo fe de que pueda estar viva. Que no esté sufriendo, que pueda volver a su casa, que pueda reencontrarse con los suyos».

«Mi tía tiene 77 años, es una persona muy mayor, que estaba muy bien, disfrutaba de su vida y de sus nietos. Hoy está privada de su libertad y todos los que estamos alrededor lo estamos sufriendo», contó.

Incluso, ante la desesperación del momento, Feler hizo púbico los pensamientos que rondaron por su cabeza en las últimas horas: «En algún momento pensé ‘ojalá mejor que no esté viva y que no esté sufriendo lo que puede estar sufriendo con este calvario de estos asesinos que odian la vida’. Pero bueno, tengo fe, tengo esperanza, tengo ilusión de que ojalá que mi tía pueda volver a su casa».

A l hacer pública el temible momento que atraviesa junto a su familia, Feller decidió en realizar una publicación en su cuenta de Instagram en homenaje a Ofelia.

«Que estés desaparecida es una sensación extraña de poder entender, y a la vez, una luz de esperanza. Deseo que no sufras y estés bien. Pido por vos, por el tío, mis primos y tus nietos. Y por todos los que te amamos y soñamos con volverte a ver. Fuerza tía», escribió el relator en el posteo.

Además, en sus historias de la misma red social también subió varias fotos de la familia Feler posando junto a Ofelia. Sin embargo, aquella más estremecedora es una captura de pantalla del chat que mantiene Hernán junto a su tía, en donde se deja ver un mensaje en el que el periodista prometió: «Te voy a escribir cada día hasta que me vuelvas a contestar».