La Corte Internacional de Justicia (CIJ), cuyos fallos son vinculantes contra Israel, ha ordenado como medida cautelar al Gobierno israelí que tome las medidas necesarias para evitar que el Estado o el ejército israelí cometa cualquier acto que suponga un genocidio. El tribunal de 17 jueces ha tomado esta decisión tras rechazar la petición de Israel de desestimar el caso sobre genocidio. Asimismo, ha anunciado ostras medidas aunque ninguna incluye obliga al fin de las hostilidades en Gaza, la principal exigencia de Sudáfrica.
La presidenta de la máxima instancia judicial de Naciones Unidas leyó este viernes el primer dictamen sobre las medidas urgentes reclamadas por Sudáfrica contra Israel, al que acusa de «genocidio» en la Franja de Gaza, un veredicto seguido de cerca en todo el mundo. De entada anunció que no desestimaba la acusación.
La Corte Internacional de Justicia (CIJ), con sede en La Haya, en los Países Bajos, no ordenó a Israel que interrumpa su ofensiva militar, iniciada tras el ataque del movimiento islamista Hamas el 7 de octubre en el sur del Estado hebreo, o que facilite la llegada de ayuda humanitaria al enclave palestino.
La presidenta del tribunal, Joan E. Donoghue, inició la sesión para leer la decisión, aguardada con ansiedad en el mundo, de un panel de 17 jueces en una causa que apunta al meollo de uno de los conflictos de más difícil solución del mundo.
En el fallo, cuya lectura tomó alrededor de una hora, Donoghue dijo que la CIJ no desestimará la causa.
“La corte tiene plena conciencia de la magnitud de la tragedia humana que se desarrolla en la región y está profundamente preocupada por la continua pérdida de vidas y el sufrimiento”, dijo la magistrada.
La Corte Internacional de Justicia (CIJ), con sede en La Haya, en los Países Bajos, pudo haber ordenado a Israel que detenga su ofensiva militar, iniciada tras el ataque del movimiento islamista Hamas el 7 de octubre en el sur del Estado hebreo, o que facilite la llegada de ayuda humanitaria al enclave palestino.
Sudáfrica presentó en diciembre un recurso de emergencia ante la CIJ, argumentando que Israel violó la Convención para la Prevención de Genocidios, firmada en 1948, después del Holocausto.
Durante las audiencias, Adila Hassim, una de las abogadas de Sudáfrica, declaró que «los genocidios nunca se declaran con antelación, pero este tribunal cuenta con las últimas 13 semanas de pruebas» que justifican «una acusación verosímil de actos genocidas».
Netanyahu: «Nadie nos detendrá»
El caso provocó reacciones vehementes en Israel. «Es el mundo al revés», afirmó el primer ministro Benjamin Netanyahu. «Nadie nos detendrá, ni La Haya, ni el eje del mal», declaró el 14 de enero.
«Si hay actos que pueden calificarse de genocidas, estos se perpetraron contra Israel», afirmó en las audiencias el abogado israelí Tal Becker.
La CIJ, que trata diferendos entre países, emite sentencias vinculantes e inapelables, pero carece de medios para garantizar su aplicación, como cuando ordenó en vano a Rusia detener sus operaciones en Ucrania.
En América Latina, una lista de países gobernados por la izquierda, como Brasil, Colombia, Bolivia y Venezuela, apoyaron la iniciativa de Sudáfrica ante la CIJ contra Israel.
Por su parte, México y Chile recurrieron a la Corte Penal Internacional (CPI) para que se investiguen probables crímenes de guerra en el marco del conflicto, tanto los «cometidos por israelíes o por palestinos», en palabras del canciller chileno, Alberto van Klaveren.
El brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, el líder latinoamericano más activo a la hora de pedir un alto el fuego, acusó a Israel de «actos de terrorismo» y su gobierno decidió apoyar a Sudáfrica «a la luz de las flagrantes violaciones al derecho internacional humanitario».
Un dictamen vinculantes, pero solo de valor moral
Pero Brasil es consciente de que aunque la CIJ ordene a Israel parar su ofensiva, el dictamen tendría sobre todo un valor «moral y político», explicó Roberto Goulart Menezes, profesor de Relaciones Internacionales y coordinador del Núcleo de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Brasilia.
«Es concebible que una orden del tribunal no tenga ningún impacto significativo en la operación militar israelí», afirmó Cecily Rose, profesora de Derecho Internacional en la Universidad de Leiden, en Países Bajos.
Pero si la CIJ, como tercera parte neutra, determinase la existencia de un riesgo de genocidio en Gaza, «será mucho más difícil que un país siga apoyando a Israel», apuntó Juliette McIntyre, experta en derecho internacional de la Universidad de Australia del Sur.
Los países que más han apoyado el caso ante la CIJ han sido los de mayoría musulmana, entre ellos Irán, Turquía, Jordania, Pakistán, Bangladés, Malasia y las Maldivas.
Un fallo que vinculase a Israel a posibles actos de genocidio tendría además un impacto simbólico «enorme», considerando la historia del Estado hebreo, subrayó la experta en derecho internacional.
La guerra estalló el 7 de octubre con la incursión de comandos islamistas que mataron a unas 1.140 personas, en su mayoría civiles, y secuestraron a cerca de 250 en el sur de Israel, según un balance de la AFP a partir de datos oficiales israelíes.
Las acciones de represalias, con bombardeos incesantes y acciones terrestres en Gaza, dejaron hasta el momento al menos 26.083 muertos, en su mayoría mujeres, niños y adolescentes, según el ministerio de Salud del territorio.
Hamas indicó el jueves que acataría un alto el fuego si la CIJ lo ordenase y «si el enemigo también lo hace».
Con información de agencias
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