En esta Europa de temperaturas cambiantes, viene de la política una propuesta escalofriante: el partido de extrema derecha, acusado de teñirse de ideas nazis, Alianza por Alemania, acaba de proponer a través de uno de sus principales líderes, Alice Weidel, la iniciativa de llamar a un referéndum popular para que los germanos digan “no” y se retiren de la Unión Europea.
Alemania es la primera potencia europea, la más poblada con 83 millones de habitantes y la más rica, con un nivel de bienestar y protecciones sociales muy alto, aunque mortificados en los últimos años por problemas económicos que han disminuido el poder de empuje de su economía.
Widel tomó como modelo a seguir el Brexit que significó el retiro de Gran Bretaña de la Unión Europea en el referendo del 23 de junio de 2016. “La decisión fue justa y es un modelo para Alemania”, dijo Weidel en una entrevista al “Financial Times”.
Algunos se preguntan que película es la que vio Widel porque los británicos hoy están arrepentidos del retiro del Mercado Común Europeo. Económicamente los resultados han sido desastrosos. Una mayoría del Reino Unido reclama buscar el camino del retorno a la Unión, que no será fácil.
Pero el ejemplo sirve para agitar el fantasma de un referendum de rotura de Alemania con la Unión, que tendrá consecuencias mucho peores que la Brexit británico.
Un sondeo inmediato informó que el 85% de los alemanes se muestran conformes con la pertenencia a la UE y el 52% de los mismos afiliados al derehista AfD, no quieren abandonar la casa europea.
Un plan para desintegrar la UE
En realidad la amenaza de Weidel apunta a empujar la marea ultraderechista en la misma Unión Europea, que bajo el manto del conservadorismo, promueve la Europa de las patrias, de hecho una federalización que vuelva todo para atrás y ponga fin a los principios de la UE.
Las ultraderecha planean restablecer la soberanía de los Estados miembros, la llamada Europa de las Patrias, y no como es ahora desde 1975 en la que cada país cede una parte de su soberanía en favor del gobierno común, especialmente en la economía, cediendo a las instituciones colectivas el gobierno de los prestamos, el manejo de los intereses, la cesión al Banco Europeo de las posiciones comunes.
Este sistema ha durado desde 1975 y se ha reforzado. Ha permitido el nacimiento de la moneda común, de un inmenso banco con sede en Frankfurt y del más grande período de prosperidad que se recuerda para 500 millones de europeos.
Los tropezones políticos y eoncómicos han facilitado el nacimiento de la contestación creciente de las derechas, que sostienen la necesidad de recuperar el control nacional de las soberanías. El gobierno alemán cree que las declaraciones de Weidell como líder de Alternativa por Alemania son preocupantes.
El secretario de Estado para la Economía, Franziska Branter, del partdo Verde en el gobierno, cree que la salida de Alemania de la Unión Europea podría dañar hasta los fundamentos el sistema del bienestar conquistado, que es muy alto.
Branter afirma que el mercado interno europeo podría poner en riesgo el éxito económico de Alemania como primer país exportador de Europa. Peor aún, la amenaza de la extrema derecha, “causaría graves daños a la economía alemana, las empresas y los trabajadores”.
2024 puede ser un año funesto para la Alemania democrática, si Alianza y otros partidos derechista ponen en cuestión los equilibrios políticos. Para los tres partidos del gobierno liderado por los socialdemócratas del primer ministro Olaf Scholz, favorecer las pretensiones de la Alianza llevaría a “consecuencia incontrolables” en primer lugar para la economía nacional.
Produciría además un shock enorme en toda Europa. La diputada verde afirmó que “la salida de Alemania de la Unión Europea pondría en serio riesgo los fundamentos de nuestra prosperidad”.
Varios diputados recordaron con anécdotas y datos las consecuencias tan negativas que ha producido en el Reino Unido el retiro de Europa como consecuencia e la Brexit.
Además, un diputado socialdemócrata recordó que los referéndums ya son prácticamente imposibles según la Constitución germana, lo que daría lugar a una situación de enorme enfrentamiento nacional.
Sin embargo, la líder ultraderechista Weidell insistió en describir a la Unión Europea como “un proyecto fracasado” e “irreformable”.
Hay que recordar que el Manifiesto de Alternativa por Alemania, que nació en 2013 y entró en el Bundestag con una patrulla de diputados en 2017, reclama abiertamente que es hora de sustituir a la Unión Europea con una nueva “confederación de naciones europeas” en la que sus miembros recuperen la soberanía nacional.
A mediados de este año habrá elecciones en el Parlamento Europeo en el que se podrá medir el alcance de la penetración en el electorado que le dan los sondeos a Alternativa.
En septiembre los lander (regiones) de Tubingia, Sajonia y Branderburgo, en el este del país, renovarán autoridades. Los sondeos asignan un victorioso 30% a la extrema derecha de Alternativa.
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