En su primer mensaje, Javier Milei dijo que se necesitan «cambios drásticos, no hay lugar para gradualismo»
Con una puesta presidencial -10 banderas argentinas y un logotipo en pantalla con el dibujo de la Casa Rosada-, el presidente electo Javier Milei subió solo al escenario montado en el búnker del Hotel Libertador pasadas las 21.45, mientras los dirigentes libertarios e invitados PRO, apostados en un corralito, coreaban exultantes «peluca presidente».
Si bien en lo político se mostró abierto a recibir a «aquellos que quieran sumarse a la nueva Argentina» fue categórico con el modelo económico que prometió y quiere plantear. «Los cambios son drásticos, no hay lugar para el gradualismo, no hay lugar para la tibieza, no hay lugar para medias tintas«, sentenció.
Milei -que pulió hasta último momento el discurso junto a su equipo- se mostró moderado en sus formas, no se salió del guión que leyó y le contestó a Sergio Massa.
En el discurso en el que reconoció la derrota, el ministro de Economía señaló que a partir de ahora «la responsabilidad de dar certezas, transmitir garantías» era del presidente electo.
La frase cayó muy mal en el búnker libertario y Milei le contestó desde el escenario. «Al Gobierno queremos pedirle que sea responsable, que entienda que ha llegado una nueva Argentina y que actúe en consecuencia: que se hagan cargo hasta el final del mandato el 10 de diciembre», planteó el libertario.
En las palabras que le dirigió afuera frente a la militancia -ya más eufórico y sin machete– Milei se explayó sobre la situación económica.
Se jactó de ser «el primer presidente liberal -libertario de la historia de la humanidad» pero quiso avisar que «no es fácil la gesta que se viene».
«Nos están dejando una economía destruida, con una inflación que viaja al 300 % y que va camino a la hiperinflación. Con un desequilibrio fiscal colosal, de precios relativos, con problemas en mercado de cambio, la deuda…», enumeró.
Y remató. «Tenemos la determinación para poner en caja la cuenta fiscales, arreglar los problemas del Banco Central, tenemos la determinación de poner a la Argentina de pie y salir adelante».
Aseguró que no era una «tarea para cobardes, tibios y mucho menos para corruptos», y rápidamente la gente empezó a cantar contra la vicepresidenta Cristina Kirchner. «Cristina se va presa, Cristina se va presa».
En ese escenario de la calle lo acompañaron su hermana Karina, su pareja Fátima Florez y su vice Victoria Villarruel.
Agradecimientos a Karina, Caputo, Macri y Milei
Fue pasadas las 20.15, mientras Sergio Massa daba el discurso reconociendo su derrota, que en el búnker de Javier Milei empezó a sonar «Se viene el estallido» de La Bersuit seguido de Panic Show de La Renga.
Pero a pesar del clima triunfal, Milei tardó más de una hora en salir de su habitación del piso 21 y bajar a hablar. Se especulaba con que esperaba la llegada de Mauricio Macri y Patricia Bullrich, quienes efectivamente acudieron al hotel, pero recién cuando el libertario ya había hablado ante el público. «Estaba planeado así», aseguraron desde ambas tribus.
Macri y Bullrich subieron al piso 21 y solo circularon una foto. Se fueron sin hacer declaraciones.
Milei le dedicó parte de su agradecimiento a ellos dos. «Gracias por el acto de grandeza que no se había visto en la historia. Pusieron el cuerpo para defender el cambio que la Argentina necesitaba», afirmó.
También le agradeció especialmente a su hermana Karina, «el jefe», a quien se le escuchó públicamente la voz por primera vez. Fue ella la encargada de presentarlo en el escenario.
«Buenas noches a todos, quiero presentar al presidente electo Javier Milei», dijo antes de fundirse en un abrazo con los ojos llorosos con su hermano.
Milei le agradeció a ella y a Santiago Caputo, a quien llamó «el verdadero arquitecto de esto junto ‘al jefe'». Caputo, pariente de los amigos y ex funcionarios de Macri.
La estrategia que habían tejido dio sus frutos. El primer objetivo era consolidar un núcleo duro del 30 % que los metiera en el balotaje y después que los dos tercios antikirchneristas hicieran el resto. «Estamos en donde planeamos estar», aseguraron en el búnker.
Cierre místico
Para el cierre le dio un tono místico y repitió una cita bíblica que se volvió slogan de campaña. «Cuantas veces hemos dicho que la victoria en la batalla no venía de la cantidad de soldados, sino de las fuerzas que vienen del cielo»
Y aunque no faltaron los tres «viva la libertad carajo», terminó con una frase que recordó al típico «god bless America» de los estadounidenses. «Dios bendiga a los argentinos», cerró Milei.
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