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«Encontré esa felicidad de volver a jugar al fútbol»

Dejar la comodidad de Europa para regresar a la Argentina es una decisión muy meditada por los futbolistas. El factor económico, la comodidad de sus familias y la actual situación del país son las justificaciones alegadas a la hora de decidir no pegar la vuelta. Sin embargo, no todos los casos son iguales. Ignacio Pussetto es un claro ejemplo de eso. El santafesino nacido en Cañada Rosquín resignó mucho, pero aterrizó en Parque Patricios para cumplir con su mayor voluntad: ayudar a que Huracán consiguiera la permanencia en Primera.

En La Quemita se respira un aire de suma calma desde que el Globo venció a Arsenal y se aseguró la continuidad en la elite. Pussetto, o simplemente Nacho, se tomó un tiempo tras un arduo entrenamiento matutino y dialogó con Clarín a corazón abierto sobre el porqué de su decisión de retornar al país, sobre su salud y también profundizó en los sueños que aún desea cumplir.

A sus 27 años, el delantero aún tiene mucho para dar y en Huracán no son ajenos de lo que es contar con un futbolista de su envergadura. El ex Udinese volvió en una situación límite y con esa decisión se ganó la idolatría de los hinchas y el respeto del plantel,. Es, claro, uno de los referentes del vestuario.

– ¿Cómo transitás los días con Huracán ya salvado del descenso?

-Son días que se disfrutan desde otro sentido. Desde que llegué a Huracán estoy disfrutando, pero con la responsabilidad de que teníamos que dejar al club en Primera y que era algo difícil porque había muchos equipos en la pelea. Por suerte, pudimos sellar la permanencia y ahora estamos trabajando para pelear el campeonato. Ganábamos y no podíamos disfrutar de esa victoria, porque al día siguiente se jugaba un partido y estábamos pendientes eso. Dependíamos de nosotros e hicimos un gran trabajo: Huracán es uno de los equipos que más sumó en estas últimas 20 fechas.

– ¿Cuál fue la clave para cumplir el objetivo?

-Lo principal fue el grupo humano que hay en este equipo y eso fue clave para que hayamos podido remontar esta situación. Además, me saco el sombrero con Diego (el DT, Martínez). Nos dio herramientas para usar adentro de la cancha y siempre ponderó el juego, pero le sumamos una cuota esfuerzo, garra y sacrificio.

-¿Qué se te cruzó por la cabeza para volver a Huracán?

-Tuve una corazonada. Yo miraba a Huracán y pensaba ´tengo que estar ahí ayudando al club. Después de un año duro habiendo estado afuera, quería ponerme en juego otra vez y sentía que Huracán era el lugar para hacerlo. Estoy contento de estar acá.

– ¿Cómo fue planteárselo a tu pareja?

-La situación del país es complicada. Argentina está viviendo una realidad económica y social difícil, pero ella me entendió, valoró lo que ponía en juego yo y ella es parte fundamental de que yo haya vuelto a jugar al fútbol.

Tras un entrenamiento, Nacho habló con Clarín para tener una charla a fondo. Foto: Luciano Thieberger Tras un entrenamiento, Nacho habló con Clarín para tener una charla a fondo. Foto: Luciano Thieberger

– ¿Es cierto que tu papá y Daniel Vega, mánager de Huracán, se conocen desde hace un tiempo y lo llamó para preguntarle sobre tu situación?

Trapito había ido a hacer una pretemporada a Cañada Rosquín con Almirante Brown. Allá hay solamente un hotel y la cancha de fútbol de Juventud Unida, club del que mi viejo era dirigente. Varios días, los chicos no tenían en qué irse y le pidieron a mi viejo si los podía llevar al hotel. Ahí se puso a charlar con Trapito, cambiaron el número e hicieron una relación. Dani le mandó un mensaje a mi viejo para conocer mi situación, pero solo para eso. No le dijo nada de venir a Huracán.

-Le cediste el 50% de tu pase al club y resignaste mucho para volver. ¿Cómo se dio el regreso?

-Yo le dije a mi representante que hablé con Huracán porque quería volver. Obviamente, el club estaba feliz, arreglamos el contrato y fue muy simple

-Contaste que las lesiones te hicieron plantearte el retiro, ¿cómo estás físicamente?

-Los dolores no se van de un día para el otro son cosas que quedan, pero estoy aprendiendo a convivir con eso. Hoy encontré esa felicidad de volver a jugar al fútbol, de entrenar todos los días, de estar en un vestuario, de entrar a la cancha. Todo eso lo encontré acá y es un poco lo que había perdido jugando allá.

Pussetto volvió a ser feliz en el Globo. Foto: Luciano Thieberger Pussetto volvió a ser feliz en el Globo. Foto: Luciano Thieberger

– ¿Te apuraste para volver a jugar?

-Un poco me apuré para volver a jugar. Me quedaban algunas semanas de entrenamiento diferenciado Llegué y entrené la primera semana. A la segunda ya estaba jugando, la idea era jugar 10 o 15 minutos e ir progresivamente, pero al tercer partido ya estaba jugando de titular.

-Llegaste de Atlético Rafaela en 2016, te lesionaste, explotaste y te vendieron por 10 millones de dólares. ¿Por qué quedaste tan ligado a Huracán?

-Desde el primer partido que jugué acá, la gente se ilusionó mucho y siempre hubo un vínculo especial. Se hizo un poco difícil por culpa de una pubialgia y era entendible la impaciencia de la gente. Pero con trabajo y sacrificio pude volver. Después, tuve una etapa muy buena con Gustavo Alfaro que me llevó a Europa y la gente fue muy agradecida. El día que me fui no me paraban de llegar mensajes y eso influyó a que hoy pueda estar acá.

-Para muchos hinchas ya sos ídolo, ¿Qué se siente que coreen tu nombre cada vez que jugás en el Ducó?

-Me llena de orgullo que la gente coree mi nombre. Para ser ídolo del club no se si hace falta ganar algo, ese título te lo da la gente.

-¿Qué balance haces de tu paso por Europa? ¿Cómo fue jugar en la Premier League?

-Estoy feliz de estos años que tuve en Europa, más allá de las dos lesiones que tuve. Siempre que estuve bien físicamente pude jugar, ya sea en Inglaterra o en Italia. Pude aprender y me gustaría volver a jugar o a trabajar. Quedé muy a gusto, sobre todo en Italia. En la Premier League se entrena a un ritmo muy alto. En la velocidad y en los tiempos de ejecución hay una diferencia tremenda.

-¿Qué mejoraste como futbolista?

-Mejoré en todos los aspectos. Lo principal es que aprendí a tomarme un tiempo de más, cuando era más chico jugaba acelerado, pero ahora lo manejo con más calma.

-¿Te costó volver al ritmo del fútbol argentino?

-La vuelta al ritmo del fútbol argentino es difícil, pero por el hecho de que venía sin ritmo futbolístico. Es un fútbol muy luchado, en el cual hay mucho más contacto que en Europa. Quizá no se juega a la velocidad que se hace en Europa, pero hay mucho contacto físico. Todavía me sigo amoldando.

-¿Para qué está Huracán?

-Mejor no digo para qué está este Huracán, vamos a ver qué pasa. Estoy muy ilusionado y siento que este equipo está para pelear cosas importantes.

Volver a Europa y soñar en celeste y blanco

Nacho Pussetto sabe que si deja atrás las lesiones podrá tener la chance de regresar a Italia. No es una cuenta pendiente, pero sí un deseo. Pero además de un deseo, el de Cañada Rosquín tiene un sueño pendiente: llegar a la Selección. Y sabe que si está bien la oportunidad puede llegar.

– ¿En qué etapa de tu carrera estás?

Esta es la etapa donde el jugador de fútbol encuentra la madurez: aprender a moverse en la cancha, aprender a manejar los tiempos, saber cuándo ir y cuándo no. Entre los 27 y 30 años es la edad justa, pero también es cuando más hay que apretar el físico. Necesitó volver a demostrar a que estoy vigente y me gustaría volver a jugar en Europa.

-Tu hermano y vos son futbolistas. ¿Cómo fue su infancia y su relación con el fútbol?

Soy de Cañada Rosquín, como te dije, un pueblo muy futbolero. Tengo videos de cuando tenía cuatro años y ya estaba jugando. Era chico y ya quería jugar. Entonces me mandaban con los más grandes. De chico, lo primero que me dieron fue una pelota. El fin de semana -por las elecciones- estuve en mi casa con mi hermano, a quien hacía mucho que no lo veía y que no conocía a mi nena que tiene seis meses, y estábamos en casa y en un momento mi mamá trajo una pelota y le dijo a mi hijo: «Acá es donde tu papá y tu tío jugaban todas las noches al fútbol». Jugábamos contra una puerta y una mesa, que usábamos de arco. Tengo guardada esa pelota.

Pussetto, en su paso por Udinese. Foto: EFE/EPA/ETTORE GRIFFONIPussetto, en su paso por Udinese. Foto: EFE/EPA/ETTORE GRIFFONI

-Siempre tuve el sueño de jugar en la Selección, estuve muy cerca cuando asumió (Lionel) Scaloni y yo estaba muy bien. Rodri (De Paul) y Juan (Musso) me decían que trabajara que la oportunidad me iba llegar y que me estaban mirando. Tuve una lesión en uno de los mejores momentos de mi carrera y eso hizo que después me costara un poco, pero no deja de ser un sueño. Con trabajo, con sacrificio y con ese cachito de suerte que siempre uno tiene que tener, va a llegar. Ojalá sea pronto.

– ¿Disfrutás este momento de la Selección?

Se disfruta el momento de la Selección. Disfrutó de ver jugar a varios amigos, que siempre que dan las listas están ahí. Estuve en el Mundial Qatar, no quería perderme ese momento.


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