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es el primer presidente de Estados Unidos en sumarse a un piquete de trabajadores

Fue una postal para la historia de los Estados Unidos: con un megáfono y gorrita con el logo del sindicato automotriz, el presidente Joe Biden se unió este martes a un piquete en Detroit, Michigan, para apoyar a los trabajadores en huelga contra los mayores fabricantes de automóviles del país y así mostrarse como «el presidente más pro-sindical de la historia».

Fue la primera vez que un jefe de la Casa Blanca en funciones se unió a un piquete. Biden se paró en una plataforma de madera y habló con un megáfono con una bandera estadounidense a un grupo de miembros de United Auto Workers (UAW) vestidos con camisas rojas.

Biden llegó a Detroit hacia el mediodía y fue recibido en el aeropuerto por el presidente del sindicato UAW, Shawn Fain, que se hizo con el liderazgo a principios de año y que por primera vez en la historia automotriz estadounidense convocó una huelga simultánea en plantas de Ford, Stellantis y General Motors (GM), conocidos como los Tres Grandes de Detroit.

«Ahora les está yendo increíblemente bien», dijo Biden en los alrededores de la planta de General Motors en las afueras de Detroit, refiriéndose a los fabricantes de automóviles. «¿Y adivinen qué? ¡A ustedes también les debería ir increíblemente bien!», les dijo a unos 200 trabajadores que lo escuchaban.

Vestido con una gorra del UAW y un buzo con el sello presidencial, Biden desató grandes aplausos cuando le dijo a la multitud que «merecen un aumento significativo», buscando así una alianza con un sector clave y un estado clave para las próximas elecciones presidenciales de 2024. “Sigamos”, dijo luego, antes de caminar entre la gente para saludar y sacarse selfies. «Te mereces lo que te has ganado. Y te mereces muchísimo más de lo que te pagan ahora”, señaló.

«Pro sindical»

Si bien había prometido ser ya desde la campaña de 2019 el “presidente más pro-sindical de la historia”, su aparición en medio de un piquete no deja de ser vista en clave electoral. Con este gesto, Biden busca reforzar su vínculo con la clase media y los trabajadores para diferenciarse de su posible rival, el republicano magnate Donald Trump, hijo de un millonario neoyorquino y que durante su mandato bajó los impuestos a las grandes corporaciones.

“Wall Street no construyó este país, la clase media construyó este país. Y los sindicatos construyeron la clase media”, dijo Biden quien ha manifestado su rechazo a la política económica neoliberal del “derrame” y ha buscado poner a los trabajadores en el centro de la escena con su plan bautizado “Bidenomics”, con medidas de apoyo a la clase media, rebaja de impuestos al sector, beneficios a estudiantes y promoción de infraestructura.

Joe Biden, con ropa informal, con los trabajadores. Foto APJoe Biden, con ropa informal, con los trabajadores. Foto AP

Biden juega fuerte preocupado por las encuestas. Un sondeo de The Washington Post-ABC del domingo señala un creciente disgusto entre los estadounidenses sobre cómo está manejando la economía, la inmigración y la guerra en Ucrania. Su pelea contra Trump (que todo indica que se impondrá en la interna republicana) asoma complicada ya que el magnate le saca ahora 10 puntos de ventaja en este mismo sondeo, aunque otros lo muestran en un empate.

No por casualidad, el presidente hizo su viaje justo el día antes de que Trump visite este miércoles una fábrica de autopartes de Detroit. Pero mientras Biden fue por invitación de los líderes sindicales y se unió a un piquete, Trump hará su visita a pesar de recibir advertencias de los sindicalistas de que se mantenga alejado y dirá algunas palabras en un negocio no sindicalizado.

Con esta movida Biden juega fuerte con un grupo de trabajadores de clase media en un estado que suele oscilar entre republicano y demócrata y que es clave a la hora de ganar las elecciones. Pero también enfrenta algunos riesgos si la huelga se prolonga y contribuye a entorpecer la economía en un año electoral o a frenar dramáticamente la producción de automóviles. En un país donde las familias tienen uno o dos autos, la mayoría de ellos 0Km comprados en cuotas, las demoras en las entregas podrían volvérsele en contra.

Biden también está caminando por una línea delicada, con los fabricantes de automóviles diciendo que la huelga y las concesiones podrían afectar la producción de vehículos eléctricos, que son un pilar importante de las políticas de energía limpia del presidente.

Los historiadores no podían recordar a ningún presidente que hubiera participado en un piquete. Theodore Roosevelt en 1902 fue el primero en llamar a líderes sindicales y empresariales a la Casa Blanca en un intento de arbitrar un acuerdo para poner fin a una huelga convocada por los mineros del carbón. Décadas más tarde, Franklin D. Roosevelt envió a su secretaria de trabajo, Frances Perkins, a trabajar con los huelguistas.

La diferencia con Biden, como fue evidente el martes, es que se está alineando estrechamente con los miembros del sindicato y su causa y no busca ser un árbitro independiente.

“Vamos a dejar que el UAW y los Tres Grandes continúen teniendo esa conversación”, dijo la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, a periodistas en el Air Force One. “Ciertamente, no somos parte de eso. No somos parte de las negociaciones, pero estamos aquí para ayudar de cualquier manera”. Pero cuando se le preguntó a Biden si los trabajadores merecen un aumento salarial del 40 por ciento, respondió diciendo: “Sí”.


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