Islandia, la isla casi ártica en el norte del Atlántico, la tierra del fuego europea, se prepara para lo que sus expertos consideran que puede ser una erupción volcánica histórica, la mayor de los últimos 50 años.
Las últimas semanas vieron cómo los terremotos en su esquina suroeste se iban intensificando en número y en potencia y en los últimos días el terreno cerca de la localidad de Grindavik, a unos 50 kilómetros al suroeste de la capital Reikiavik, se iba deformando hasta hundir terrenos de golf más de dos metros o romper con grietas de decenas de centímetros las carreteras.
En esa localidad, ahora evacuada totalmente, se espera que en los próximos días o semanas empiece a salir lava.
El servicio meteorológico del país, responsable del seguimiento vulcanológico, estima que las probabilidades de erupción son elevadísimas y que esta puede destrozar toda esa localidad, de unos 4.000 habitantes y cuya economía está centrada en el sector pesquero.
La gravedad de la situación se muestra en hechos como que la evacuación ni siquiera se hizo de día, sino que las autoridades obligaron a salir de la localidad y llevaron a la capital a medianoche del viernes al sábado a esas 4.000 personas porque los terremotos eran ya tan seguidos que temían una erupción inminente.
El gobierno declaró ya el viernes el estado de emergencia (una situación legal que le da poderes para tomar medidas de protección civil y centralizar decisiones en la Administración central que de otra forma serían más lentas y pasarían por más filtros administrativos).
El magma cerca de la superficie y subiendo
El magma, según las autoridades, está ya a menos de cinco kilómetros de la superficie y subiendo, lo que señala una erupción en días. La grieta en la corteza terrestre situada entre Grindavik y la localidad de Sundhnjukagigar es el conducto más probable para la erupción, estiman.
Frente a otras pequeñas erupciones de los últimos años en la misma región, cerca de la localidad de Fagradalsfjall (en marzo de 2021, en agosto de 2022 y este año en julio), esta probable erupción sería mucho mayor según los servicios islandeses porque “la cantidad de magma implicado es netamente superior a esas erupciones y a lo que se observó en las mayores intrusiones de magma asociadas a erupciones” en esa zona.
Además, esas tres erupciones de los últimos años se produjeron lo suficientemente lejos de cualquier núcleo poblado y con una fuerza menor, por lo que no afectaron a viviendas ni a infraestructuras básicas.
Ahora, si los técnicos aciertan, la erupción podría acabar con esa localidad, además de cortar carreteras, destruir su puerto y reventar conducciones de agua o electricidad.
Grindavik está, además, muy cerca de la estación geotérmica conocida como ‘Blue Lagoon’, una de las grandes atracciones turísticas en un país que en la última década ha vivido un boom turístico muy importante hasta el punto de cambiar la estructura de su economía.
Esa atracción ha sido cerrada y las autoridades rezan para que no se vea afectada por una posible erupción.
Además, a pocos kilómetros se encuentra también una estación geotérmica que produce la electricidad y el agua para los 30.000 habitantes de esa península de Reykjanes, al suroeste del país y muy cercana a la capital.
33 volcanes activos
Islandia es uno de los puntos calientes del planeta en cuanto a vulcanismo activo.
Sus autoridades cuentan hasta 33 sistemas volcánicos diferentes activos, el mayor número en Europa, aunque por extensión el país es de los más pequeños del viejo continente. La isla, sobre la dorsal atlántica, está justo donde chocan las placas tectónicas euroasiática y norteamericana.
Source link