A horas del tercer aniversario de la toma del Capitolio, la Corte Suprema de Estados Unidos aceptó a trámite este viernes el caso sobre la expulsión del expresidente Donald Trump de las primarias del Partido Republicano en Colorado.
La decisión coloca al tribunal en la posición de establecer una postura a nivel nacional sobre si el exmandatario puede participar en las elecciones presidenciales de 2024 o si, por el contrario, el papel que jugó en el asalto al Capitolio de 2021 lo hace inelegible.
En un breve escrito judicial, el Tribunal Supremo indica que admitió a trámite el caso y que los nueve jueces celebrarán una audiencia pública el 8 de febrero para escuchar los argumentos de las partes.
La petición para que el máximo tribunal estudiara el caso venía del equipo legal de Trump, que había recurrido una decisión anterior del Tribunal Supremo de Colorado.
El 19 de diciembre del año pasado, en un fallo sin precedentes en la historia de Estados Unidos, el Tribunal Supremo de Colorado había determinado que Trump no podía participar en las primarias republicanas de ese estado por su papel en el ataque al Capitolio.
Posteriormente, el 28 de diciembre, Maine se convirtió en el segundo estado en descalificar a Trump. En este caso, la decisión fue tomada por la autoridad encargada de organizar las elecciones en esa circunscripción, la secretaria de Estado de Maine, la demócrata Shenna Bellows.
El equipo legal de Trump también recurrió esa decisión de la secretaria de Estado de Maine, en ese caso ante el Tribunal Supremo del estado.
En ambos casos, las autoridades consideraron que Trump participó en un intento de «insurrección» por la toma del Capitolio del 6 de enero de 2021, lo que le descalifica para ocupar cargos públicos de acuerdo a la Sección Tercera de la Enmienda 14 de la Constitución.
Esa enmienda fue aprobada en 1868, después de la guerra civil en Estados Unidos, con el objetivo de evitar que los alzados sureños de la Confederación que habían jurado la Constitución y luego la traicionaron pudieran llegar al poder.
Esas decisiones, a falta de que se pronuncie el Tribunal Supremo de Estados Unidos, sólo afectan a Colorado y Maine porque en el sistema federal estadounidense cada estado -y no la nación- es responsable de organizar los comicios.
Otra quincena de estados, entre ellos Oregón, Virginia, Nueva York o Nevada, están también dirimiendo si Trump puede presentarse a las elecciones.
La importancia de la decisión de la Corte Suprema y el reparto de asientos
En el complejo sistema político y electoral estadounidense, donde los estados son los encargados de organizar los comicios, aunque sean los presidenciales, cada uno tiene sus propias leyes y reglas, por lo que demandas parecidas pueden tener un desenlace distinto.
Es ahí donde cobra mayor importancia el Supremo, ya que un fallo del alto tribunal debería ser acatado en toda la nación.
Seis de los nueve integrantes del Alto Tribunal son considerados conservadores, tres de ellos nominados por el propio Trump durante su mandato, por lo que sería sorprendente no le den la razón al exmandatario.
Sin embargo, el hecho de que algunos de ellos sean seguidores del «originalismo», una corriente legal que aboga por interpretar la Constitución tal y como la escribieron los fundadores, siembra dudas sobre la futura decisión del Supremo.
Aunque la audiencia pública para estudiar el caso será el 8 de febrero, aún no se sabe cuándo el Tribunal Supremo de EE.UU. emitirá su fallo y tampoco se sabe cómo de lejos irá.
Las primarias tanto de Colorado como de Maine están convocadas para el próximo 5 de marzo.
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