La Justicia demora la detención de los jefes massistas de Chocolate y sospechan que es por el balotaje
«Puede ser esta semana o después del balotaje, pero el clan Albini va a ir preso como jefe de una asociación ilícita que se quedó con decenas de millones de pesos de contratos truchos de la Legislatura Bonaerense. También irán a la cárcel los 48 dueños y dueñas de las tarjetas de débito con las que se hizo el desfalco».
Así de concluyentes son varios funcionarios de la Justicia bonaerense consultados por Clarín sobre el desenlace, más temprano que tarde, del escándalo que involucra al puntero peronista Julio «Chocolate» Rigau.
Un juez, un camarista, tres fiscales y hasta un abogado de parte coincidieron ante este diario que el destino de papá Claudio y su hijo Facundo Albini, este ultimo concejal massista que acaba de renovar su banca para Unión por la Patria en La Plata, es «irremediablemente» la cárcel.
También pasarían un buen tiempo en prisión los 48 dueños de las tarjetas que le dieron «voluntariamente» al puntero peronista Rigau, detenido hace un mes. La policía lo atrapó el sábado 9 septiembre, cuando salía de la sucursal del Banco Provincia más importante de la Capital bonaerense, después de haber vaciado varios cajeros automáticos para sacar unos $ 2.000.000 con esos mismos plásticos.
«Chocolate» recaudaba mediante ese esquema unos $ 27 millones por mes desde hace muchos años. En la Justicia de Garantías platense estiman que el botín acumulado por Rigau ascendería a $ 800 millones.
Ya se analizó «con lupa» el 90% de los chats y fotos que los investigadores hallaron en el celular de Rigau. No tienen dudas de que la montaña de plata que el puntero sacaba varias veces a la semana con las tarjetas de los contratados por la Legislatura bonaerense terminaba en bolsos en manos de los Albini.
Habrá que ver sí a la cadena de corrupción le falta algún eslabón más.
El padre, Claudio Albini, no casualmente fue Director de Personal de la Cámara de Diputados provincial. De allí su destreza, según sospechan en la Justicia, para conocer el manejo (y desmanejo) de los contratos. También allí, conoció y se hizo amigo de Massa, en los albores de la fundación del Frente Renovador.
Claudio Albini logró que el massismo provincial acepte a su hijo Facundo, que entró a la Legislatura a los 18 años y gracias a su padrinazgo político llegó a director de Control y Gestión de Secretaría Administrativa. Luego fue electo concejal en La Plata, en 2019, por el Frente Renovador.
Albini hijo siguió escalando en la montaña del poder bonaerense y, gracias al acuerdo entre Massa y Máximo Kirchner, desde hace varios años también se desempeña como apoderado de Unión por la Patria a nivel provincial.
«A este pibe me lo metió Sergio y mirá el bolonqui que armó», aseguran haberlo visto quejarse (aunque es muy raro verlo enojado) a Julio Alak, que finalmente resultó electo para volver a ocupar la intendencia de La Plata.
Vaya coincidencia que los abogados de Chocolate Rigau, los del clan Albini y los que asesoraron a buena parte de 48 dueños de las tarjetas de débito, son del mismo estudio que lidera Horacio Gascón, que si bien -aseguran- está lejos de ser de los mejores de La Plata, sí son de los más caros.
Lo que si logró el letrado Horacio Gascón es dilatar un tiempo las detenciones que pidió la fiscal Betina Lacky. La funcionaria requirió la detenciones del clan Albini y todos los dueños de las tarjetas al juez de garantías, Guillermo Atencio.
La fiscal cree que tanto el legislador massista como su padre y los titulares de las tarjetas integran una asociacion ilícita para cometer delitos y robarle plata al Estado. Si son encontrados culpables con esta figura legal, podrían recibir hasta 10 años de cárcel.
Todo hacía prever que Atencio iba a ordenar la detención de todos ellos inmediatamente después del pedido de Lacki. «Mucho más porque rechazó la eximición de prisión que habían pedido los abogados», señalaron fuentes judiciales. «Incluso con ese mismo argumento de eximición de prisión podría haber liberado los exhortos de detención», indican.
La cuestión es que la defensa se aprovechó de la demora del magistrado y presentó una apelación por supuestas irregularidades cuando se abrió el teléfono de Chocolate.
Parecerá un chiste, pero no lo es: ahora los que deben definir esa apelación son los camaristas que ya habían generado un escándalo cuando para favorecer a los Albini y a Chocolate declararon nula toda la causa. Esos magistrados son Juan Alberto Benavides y Alejandro Villordo.
A tal punto Villordo y Benavides están sospechados, que Casación revirtió la nulidad de la causa que ellos habían sentenciado y el Procurador General bonaerense, Julio Conte Grande, pidió iniciarles un jury para echarlos de la Justicia.
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