La poderosa infusión que ayuda a mejorar la digestión y aporta calidad a tu sueño en las noches

El estrés prolongado, producto de una vida agitada en una sociedad sumergida en la incertidumbre, es el disparador de numerosos problemas de salud.

Pero ese estrés no viene solo, como suele suceder con muchos malestares que soportamos en la vida. Por ejemplo, una mala digestión, por comer demasiado rápido o demasiada cantidad, puede afectar la calidad del sueño.

Y a veces, no solo es la cantidad o lo rápido de lo que comemos. El estrés, que limita con el desorden, puede traernos también malos alimentos, de mala calidad.

Como sea, muchas veces el estrés y la mala digestión van de la mano, porque la gente se va a dormir poco después de terminar de cenar y en cuanto pone la cabeza sobre la almohada su mente se llena de preocupaciones.

Aunque las fórmulas mágicas para estos problemas abundan, un té apreciado durante siglos por sus propiedades curativas aparece como una alternativa natural para, al menos, paliar sus efectos.

El té de manzanilla y jengibre ofrece una variedad de beneficios para la salud. No solo mejora la digestión y alivia las molestias estomacales, sino que también promueve un sueño de calidad al reducir el estrés y la ansiedad.

Además de la buena alimentación y las acciones para relajar nuestros intensos y estresantes días, incorporar en la rutina diaria el té de manzanilla y jengibre puede ser una forma efectiva de cuidar el bienestar general.

La manzanilla, una planta de flores blancas y amarillas, se ha utilizado en todo el mundo para tratar una variedad de dolencias. Por otro lado, el jengibre, una raíz picante, también es famoso por sus efectos positivos en la salud. Cuando se combinan en una infusión, crean una bebida con un potencial asombroso.

Uno de los beneficios más destacados del té de manzanilla y jengibre es su capacidad para mejorar la digestión. La manzanilla contiene compuestos que pueden aliviar la irritación en el tracto gastrointestinal y reducir la inflamación.

Esto puede ser especialmente útil para personas que padecen de indigestión, acidez estomacal o del síndrome del intestino irritable.

El jengibre, por su parte, es conocido por sus propiedades antiinflamatorias y puede ayudar a reducir las náuseas y el malestar estomacal.

Al consumirlos juntos, estos ingredientes pueden actuar en combinación para calmar el sistema digestivo. Muchas personas encuentran alivio al tomar una taza de este té después de una comida pesada o cuando sienten molestias estomacales.

Además de sus beneficios digestivos, el té de manzanilla y jengibre también es conocido por sus propiedades relajantes.

La manzanilla ha sido utilizada durante años como un freno natural para la ansiedad y hasta para combatir el insomnio. Sus compuestos tienen un efecto sedante suave, pero eficaz a la hora de reducir el estrés.

La Fundación Española del Corazón, en su blog, destaca a la manzanilla en infusión como una de 8 alternativas para rebajar el estrés de manera natural. Y agrega que “…una reciente investigación ha revelado que uno de los componentes de la manzanilla (Matricaria recutita) se une a los mismos receptores que fármacos como el Valium. De ahí que esta planta provoque una sensación similar a la que provocan los tranquilizantes benzodiazepínicos. Los suplementos de camomila están indicados para casos de estrés pasajero, pero si la ansiedad es fuerte o persistente, pruebe a tomar, además, una infusión bien cargada para conseguir una dosis más concentrada del relajante”..

El jengibre, por su parte, tiene efectos antiinflamatorios y alivia el dolor, lo que puede ser beneficioso para aquellos que experimentan molestias que interfieren con su capacidad para dormir bien.

La combinación de manzanilla y jengibre, entonces, es una buena manera de encontrar algo de paz en un mundo cada vez más complicado.

El sitio El Comidista, del diario El País de España, nos da una receta eficaz y muy fácil de hacer con estos componentes sanadores, un té para tomarlo frío con hielo. Veamos.

Ingredientes: (para 4 vasos)

• 1 litro de agua
• 5 bolsas de té manzanilla (o 20 gramos a granel)
• 3 cm de raíz de jengibre (laminado un poco fino)
• 1 limón y una lima (puede ser también mandarina o naranja si es temporada)
• Endulzante a gusto

1. Hacer una infusión con el agua, la manzanilla y el jengibre. Enfriar a temperatura ambiente y después en la nevera.
2. Hacer jugo con dos tercios del limón y la lima y cortar el trozo restante en rodajas finas.
3. Colar el té y servir con el zumo de los cítricos, el endulzante escogido, las rodajas para decorar y hielo.