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¿La princesa Amalia, hija de Máxima, encontró al príncipe azul? Rumores en la realeza de Países Bajos

Les voy a contar un cuento. Había una vez una joven princesa de 20 años en un palacio cerca de La Haya, en la región de Zelanda, en los Países Bajos. Catarina-Amalia (aunque todos la llamaban Amalia) era hija de los reyes Guillermo y Máxima y, de seguir respetando los holandeses su tradición monárquica, algún día sería reina.

Pero Amalia era una princesa triste, sobre todo porque vivía protegida por las amenazas que había sufrido. Su país vivía una grave crisis por el crecimiento de grupos narcotraficantes que controlaban la entrada de cocaína latinoamericana en Europa a través de los puertos de Amberes (Bélgica) y Rotterdam.

Habían crecido tanto y desafiaban tanto a las fuerzas de seguridad de esos dos países que, como le ocurrió al ministro de Justicia belga, la joven Amalia debía resguardarse bajo siete llaves para no ser secuestrada.

Amalia estaba triste, pero últimamente, de creer algunos informes, Amalia sonreía. ¿Por qué sonreía? Porque Amalia había encontrado a su príncipe azul, contaban.

La vida de la joven princesa se escrutaba con cuidado, nada escapaba a los periodistas de los medios europeos dedicados a la información del corazón. Sobre todo desde que Amalia había pasado a ser mayor de edad sus actos y dichos eran leídos y leídos buscando pistas.

Primero los rumores apuntaron al joven príncipe belga Gabriel. También veinteañero, Gabriel no sería en principio rey porque tiene una hermana mayor, Elisabeth. Pero es uno de los pocos príncipes varones de las casas reales europeas, donde dominan las mujeres en la generación que va ahora mismo de los 15 a los 25 años.

La princesa Amalia (con saco amarillo), junto a los reyes Guillermo y Máxima, sus hermanas Ariane (izq.) y Alexia (der.) en una imagen de junio. Foto: EFE  La princesa Amalia (con saco amarillo), junto a los reyes Guillermo y Máxima, sus hermanas Ariane (izq.) y Alexia (der.) en una imagen de junio. Foto: EFE

Rumores

De Amalia se dijo después, y lo ratificaron periodistas holandeses especializados en seguir la información de la Casa Real de los Orange, que en realidad le gustaban las mujeres, no los hombres, por lo que aquel rumor de su admiración por el belga Gabriel decayó. Pero ahora vuelve a hablarse de un príncipe, esta vez uno de una familia real que no reina porque su país es desde hace muchas décadas una república.

El nuevo supuesto amor de Amalia, desvela la revista holandesa ‘Privé’, sería Boris de Bulgaria, seis años mayor que la holandesa y nito del último rey, Simeón II.

El medio holandés cree haber encontrado la prueba. Para huir de la seguridad extraordinaria con la que vive en su país, Amalia suele pasar pequeñas vacaciones en Madrid. En la capital española se siente más libre y domina, gracias a su madre, el idioma.

El último rey de Bulgaria, Simeon II y su esposa Margarita, en una ceremonia en San Petersburgo en octubre de 2021. Foto: AFP El último rey de Bulgaria, Simeon II y su esposa Margarita, en una ceremonia en San Petersburgo en octubre de 2021. Foto: AFP

La ciudad es además territorio de los Borbones, con los que la familia real búlgara tiene muy buena relación desde hace muchas décadas y donde vivió durante muchos años exiliado Simeón II, por lo que no es raro que en ella también pase temporadas Boris, príncipe de Tarnovo, título que reciben los herederos del trono de la extinta monarquía búlgara. Tarnovo fue una ciudad muy importante durante la Edad Media, centro político, cultural y económico con gran influencia sobre el mundo balcánico y eslavo-ortodoxo.

En 1951 Simeón II llegó a Madrid, todavía en los años más duros de la dictadura franquista. El abuelo de Boris se casó en 1962 con la española Margarita Gómez-Acebo y Cejuela, la aristocrática hija de los marqueses de Cortina.

El matrimonio tuvo cinco hijos: Kardam, Kyril, Kubrat, Konstantin y Kalina. Boris es hijo de Kardam, fallecido en 2015. Tiene un hermano llamado Beltrán. Simeón II volvió a Bulgaria a la caída del comunismo y una década después, en 2001, ganó las elecciones presidenciales. Cuatro años después perdió las elecciones y volvió a España.

Amalia y Boris fueron vistos juntos por última vez el pasado 13 de octubre durante el enlace real de la princesa Victoria de Hohenlohe-Langenburg y de Maxime Corneille. Boris, en una imagen que resaltaron los expertos en familias reales, ayudó a Amalia a subir a un auto de una forma que no haría un príncipe con una princesa por la que no tuviera intenciones más allá de las amistosas.


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