Los holandeses van este miércoles de forma anticipada a las urnas después de la dimisión del primer ministro liberal Mark Rutte tras 13 años de gobierno.
Los últimos sondeos publicados, de este pasado fin de semana, aseguran que el partido más votado podría ser el Partido por la Libertad (PVV) de extrema derecha eurófoba del ultra Geert Wilders (otro que, como Javier Milei, Donald Trump o Boris Johnson, tiene un cabello algo peculiar, en este caso normalmente teñido de rubio platino).
Los sondeos dicen también que casi en igualdad van los liberal-conservadores del VVD de Rutte, ahora liderados por la actual ministra de Seguridad y Justicia, Dilan Yesilgöz-Zegerius, de origen turco.
La fuerza progresista más potente en los estudios demoscópicos es la coalición socialdemócrata-ecologista que lidera el antiguo canciller y comisario europeo de Cambio Climático Frans Timmermans, el mejor visto en Bruselas en esta competencia holandesa.
El hombre que se parece a Papá Noel cuando se deja la barba larga y que habla buena parte de los principales idiomas europeos, aseguraba este fin de semana que su partido dará la sorpresa y que ganará la elección, acercándole al puesto de primer ministro.
Los conservadores tradicionales de la CDA aprendieron en la década pasada que pactar con la extrema derecha, aun cuando era sólo apoyo parlamentario, los llevaba por el camino de la desaparición y hace años que cortaron esa vía, por lo que si sus diputados son esenciales mirarán más hacia los liberales e incluso hacia la coalición socialdemócrata-ecologista.
Sondeos confiables
Lo seguro, de creer en unos sondeos que en los Países Bajos se equivocan muy poco, es que en el Parlamento podría haber hasta 20 formaciones políticas distintas y que nadie tendrá siquiera el 20% de los votos y los escaños. Ese escenario llevará, como es cada vez más costumbre para los holandeses y para sus vecinos belgas, a coalición de cuatro, cinco o seis partidos políticos, la única forma de alcanzar una mayoría parlamentaria.
Pero las elecciones podrían tener un árbitro inesperado en la figura de Pieter Omtzigt, antiguo conservador que ha creado una nueva formación que sube con fuerza en los sondeos y que podría hacer que tuviera un papel esencial porque podría elegir si gobierna una coalición de derechas o una coalición de izquierdas.
Omtzigt creció porque, contra todo y contra todos, defendió sin descanso a las víctimas del escándalo de las ayudas sociales que tumbó al gobierno.
El escándalo que hizo caer al gobierno
Un sistema informático puesto en marcha en 2013 para detectar fraudes en los subsidios familiares provocó que se acusara erróneamente a decenas de miles de familias de fraude.
La mayoría eran pobres, de origen inmigrante, miles tuvieron que devolver miles de euros que apenas tenían. Miles fueron enviados a la pobreza por un error que se mantuvo durante años y que provocó finalmente la caída del gobierno.
Algunas de las familias fueron expulsadas de sus viviendas y casi 2.000 niños fueron sustraídos de sus padres para ponerlos en instituciones. Ni uno solo de aquellos casos era cierto. Sólo en 2022 las autoridades reconocieron el escándalo y que se había hecho “por racismo institucional”.
Omtzigt fue el único dirigente político que se puso claramente del lado de las víctimas y exigió que se les hiciera justicia, para empezar con indemnizaciones millonarias. Omtzigt tiene hoy un solo diputado, él mismo. Y apenas 7.000 afiliados en un partido creado en agosto. ¿Podría ganar y convertirse en el hombre esencial?
Los sondeos lo ven lejano, pero también veían lejano que pudiera aparecer entre los favoritos. Nadie sabe colocarle en el eje ideológico, pero todos aciertan a decir que es un centrista. Y tiene, sobre todo, prestigio de ser honrado, honesto e íntegro. Descartado el ultra Wilders por el cordón sanitario contra la extrema derecha, Yesilgöz, Timmermans y Omtzigt parecen las personas entre las que se jugará la elección. Difícilmente habrá gobierno si dos de entre ellos no se ponen de acuerdo.
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