Los problemas más comunes en la boca después de los 60 y cómo prevenirlos
Pérdida de piezas, infecciones, enfermedad periodontal, caries, bruxismo… los problemas odontológicos en la tercera edad son similares a los que las personas presentan antes en la vida, pero con un “plus”: se producen sobre la base de una boca que sufrió más años de deterioro.
Sin embargo, con cuidados preventivos y visitas al odontólogo, se puede conservar una boca sana.
Así lo entiende Jorge Aredes, profesor titular de la cátedra de Odontología Integral del Adulto Mayor, y Clínica de Prótesis Removible de la Facultad de Odontología de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
“Lo más importante en el adulto mayor es entender el concepto de la carga de la enfermedad a lo largo de la vida: debemos tener en cuenta que esa persona trae en la mochila todo lo que le fue pasando, que se va acumulando”, grafica.
Pone como ejemplo el caso de una pieza dentaria con caries, que puede ir progresando a lo largo de la vida, ya sea porque se deterioran los trabajos realizados, como por su avance. “Uno de los riesgos, si tiene una mayor carga de enfermedad acumulada, es la pérdida de dientes, una de las cuestiones más comunes de ver en el adulto mayor”.
Problemas en la boca: las causas más frecuentes
“La boca del adulto mayor resume básicamente lo vivido a lo largo de la vida”, refuerza. En este sentido, pesan también otros padecimientos que la persona haya sufrido.
“Hay una asociación, también, entre las enfermedades generales y las enfermedades orales. Por ejemplo, pacientes que toman medicamentos que pueden afectar la boca, como aquellos que hacen que tengan menos saliva, la diabetes, trastornos alimentarios, adicciones; todo el conjunto de factores generales influyen en la boca”, resume.
El profesional destaca como una de las características de esta etapa la polimedicación, lo que puede generar por ejemplo un menor volumen de saliva, lo cual también requiere la consulta con el odontólogo.
“Otra cosa que suelen tener a veces son trastornos de deglución, denominados disfagias, eso también requiere prestar atención a la necesidad de masticar mejor para reducir el alimento y conformar un mejor bolo alimentario, lo cual se relaciona con la hidratación y el tipo de dieta adecuados”, añade.
A su vez, menciona el desgaste que producen no solamente los alimentos ácidos, sino también determinados hábitos, como puede ser desde “masticarse las uñas” o trastornos como la bulimia, que hacen que el ácido del estómago vuelva a la boca.
Sin embargo, según asegura, la acción de apretar los dientes típica del bruxismo (que suele estar asociado al estrés), es uno de los factores que genera más daño.
Las enfermedades orales más comunes
El profesional admite que en la tercera edad se observa “una altísima carga de enfermedad oral”, que divide a grandes rasgos en dos grupos: las caries y la enfermedad periodontal.
“Muchas veces, quien no tiene una enfermedad tiene otra, de hecho, la pérdida de tejido de sostén dentario, o sea, la retracción de las encías y la pérdida de hueso, suele ser algo prácticamente universal, en mayor o menor medida, en la tercera edad”, asegura.
En resumen, se da como resultado “una alta cantidad de pacientes que perdieron varias piezas, y muchos de los dientes que permanecen en boca tienen mucho daño: se trata de dientes con muchas restauraciones, o piezas que están sanas pero con menos encía y menos hueso de sostén”, explica.
Por último, menciona los trastornos de la articulación temporomandibular, a los que define como “problemas articulares que también tienen que ver con enfermedades sistémicas, como la artrosis, la artritis«.
Prevención
Sin embargo, como asegura Aredes, si siguen las normas de prevención, todas las personas pueden aspirar a preservar la salud bucal, incluso a edades muy avanzadas, con la totalidad de las piezas originales.
“En realidad, no habría razón para pensar que bajo los cuidados pertinentes y bajo las normas de prevención universales que tiene la odontología, un adulto mayor no tenga una boca totalmente saludable, y que continúe siendo tan saludable como lo fue mientras fue un adulto joven”, alienta.
Aredes destaca que es fundamental trabajar en la prevención a lo largo de toda la vida.
“En adultos mayores la dieta saludable es importantísima, también la ingesta de líquidos, el correcto cepillado, evitar los alimentos ácidos y azucarados, la visita periódica al odontólogo, en la que indique qué medicación está tomando”, propone.
Tratamientos
La odontología tiene especialidades que se abocan a cada una de las ramas que requieren necesidades de tratamientos en los pacientes.
Así, la enfermedad periodontal tiene tratamiento y especialistas que se dedican a ello (los periodoncistas). Mientras que la pérdida de estructuras dentarias puede ser reconstruida, ya sea con prótesis fija o con prótesis removibles, que pueden ser totales o parciales.
“También mediante implantes dentales, los cuales permiten realizar prótesis fijas, asistidas por aditamentos que se unen de una manera estable al hueso, y que permiten sobre ello realizar coronas, puentes, prótesis totales, fijas, o removibles, que se ajustan a través de broches”, detalla.
No obstante, recuerda que la atención del adulto mayor siempre tiene que ser multidisciplinaria, y debería idealmente incluir visitas al fonoaudiólogo, al gastroenterólogo, y al gerontólogo.
“Estamos hablando de pacientes que tienen patología y polimedicación, entonces generalmente lo que caracteriza al adulto mayor es la necesidad de una visión integral, donde trabajen en conjunto las diferentes especialidades de la medicina. La odontología forma parte de esas áreas de cuidado que favorecen una mejor calidad de vida”, cierra.
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