¿mala suerte o sólo superstición?

La creencia popular asegura que levantarse con el pie izquierdo es un mal augurio. Y hasta puede desencadenar un día entero repleto de desgracias para quien comete semejante error.

Esta asociación entre el pie izquierdo y la mala suerte proviene de creencias de la antigua Roma, donde se pensaba que todo lo relacionado con la izquierda estaba controlado por los malos espíritus.

Así, por ejemplo, si al observar el vuelo de las aves estas llegaban por la izquierda, definitivamente era un mal presagio.

A nadie se le ocurría entrar a un lugar pisando con el pie izquierdo, y mucho menos levantarse apoyando primero ese pie al bajar de la cama.

Un dato curioso que acompaña a esta superstición es el origen de la palabra siniestro, “sinister” en latín, que significa “izquierdo”.

Pero, realmente, ¿levantarse con el pie izquierdo arruina el día?

Desde los tiempos más remotos se cree que los pies tienen un simbolismo particular: el derecho para propiciar la suerte y el izquierdo para cuestiones nefastas.

Como indica Carmen Torrente en su libro «La superstición dice…», si se nos duerme el pie izquierdo hay que mojar el zapato con saliva y hacer la señal de la cruz sobre él; eso quita el hormigueo y aleja los males que se anuncian.

Y nos deja otro consejo: «también se puede poner sal y trazar un círculo sobre el zapato o sólo cruzar los dedos».

Suele decirse que una persona que atraviesa varios sucesos desafortunados durante el día seguramente “se levantó con el pie izquierdo”.

Para algunos Feng Shui, sin embargo, levantarse de la cama con el pie izquierdo resulta muy provechoso.

Hay más aún. De acuerdo al gurú británico Jan Cisek, experto en el arte que ayuda al equilibrio y la armonía y autor de varios libros de autoayuda, levantarse de la cama por el lado izquierdo aportará mejor flujo de energía y está asociado con los valores más preciados como la familia, la salud y la prosperidad.

También la psicología aporta su punto de vista sobre el lado izquierdo y el lado derecho, pero en este caso del cerebro.

Según el reconocido coach y experto en psicología motivacional Pete Cohen, “el lado izquierdo del cerebro contribuye a pensar y planificar de manera más racional el día que se debe afrontar, mientras que el derecho se encarga de emociones como el miedo y el estrés que solo diluye el potencial de experimentar situaciones positivas”.

Diversos estudios sobre el sueño sostienen, además, que tener un mal día nada tiene que ver con la izquierda o la derecha, sino que está relacionado con una actitud negativa de la persona, generalmente ocasionada por la falta de horas de sueño.

Es decir que el malhumor de las mañanas y el mal descanso del cerebro podrían ser los responsables de la falta de eficacia de nuestro día y de lo que denominamos “mala suerte”.

En este sentido, el Walter Reed Army Institute of Research, un centro de investigación del ejército estadounidense, avala que la falta de sueño es proporcional a las dificultades para gestionar nuestras emociones y convierte una circunstancia normal en un problema.

La ciencia también ha demostrado que dormir mal puede ocasionar tristeza y baja autoestima, y la falta de sueño dispara pensamientos negativos que pueden acompañarnos durante toda la jornada y hacer que veamos “todo negro”.

Lo cierto es que, más allá de levantarse con el pie derecho o el izquierdo, existen algunas prácticas que podemos poner en marcha para “dar vuelta el destino de un día de mala suerte”, según el sitio The Huffington Post.

1. Conectar con algún hábito saludable, relajante y positivo al comenzar el día.
2. Evitar el uso de dispositivos electrónicos en el cuarto.
3. Hablar con uno mismo y estimular pensamientos positivos para iniciar la jornada de la mejor forma posible.
4. Comunicarse con otra persona del entorno familiar o con un amigo para que tomar conciencia de que no estamos solos. Tomar un café con un compañero de trabajo puede ser una buena opción.
5. Expresar gratitud. Será la mejor actitud contra el mal humor, la angustia e incluso el cansancio matutino. Valorar la vida y las cosas buenas revertirá un estado de ánimo negativo y hará de un mal día una jornada llena de emociones positivas.