¿más presión fiscal al campo?
“Basta de impuestos y distorsiones”, disparó sin vueltas la Mesa de Enlace, tras conocerse un anexo del proyecto de Presupuesto 2024 que el Gobierno envió al Congreso.
Sobre el contenido de esa separata advirtió la Fundación Barbechando, que cumple el rol de centinela de los temas legislativos que afectan a la actividad agropecuaria y fue contundente: “La separata busca subir la presión impositiva de los productores agropecuarios”.
Destacaron que en la separata se propone “eliminar la exención de inmuebles rurales del impuesto sobre los Bienes Personales, se presenta la “recomendación de cambiar la valuación histórica de la ganadería, por un método alternativo de valor de reposición o valor de mercado” y se plantea “quitar la exención del pago de ganancias en asociaciones civiles, fundaciones y cooperativas”.
El próximo martes a las 19, Barbechando -que desde esta semana es presidida por Angeles Naveyra- realizará una reunión informativa virtual y convocan con un lema inquietante: “Siguen secando al campo”.
Para la Mesa de Enlace, los temas incorporados significan un “impuestazo” que generará menor actividad, desaparición de productores y estancamiento productivo”.
El tributarista Santiago Saenz Valiente puso en consideración que “los productores agropecuarios no soportan una mínima carga impositiva adicional, porque casi toda su renta queda en manos del Estado, en una confiscatoriedad que es un avasallamiento del derecho de propiedad”.
Bienes Personales de los inmuebles rurales
Puso el acento en dos temas. En primer término, en la eventual modificación en el impuesto a los bienes personales de los inmuebles rurales, que ahora “están exentos cualquiera sea su destino y tanto si está en la Argentina o en el exterior».
Puntualizó que “cuando el dueño de los campos resulte ser una sociedad, la cuestión es distinta. Al valor registrado en el balance contable, los campos quedan gravados con el impuesto patrimonial, cuyo porcentual actual es el 0,5% y pasaría a 1,75%, después de la reforma del año 2019 que incrementó exponencialmente los porcentajes.
El Gobierno busca enviar a Diputados un proyecto, que grave los inmuebles rurales cuando es propiedad de una persona, cualquiera sea su ubicación.
Ante la presión fiscal al agro, una cantidad de productores han decidido mudar su producción a otros países. Como el valor que se utiliza para los bienes ubicados en el exterior es el de plaza en la moneda extranjera, a cotización oficial, un incremento potenciará en forma directa este impuesto.
Valuación para la hacienda de cría
El otro tema que destacó el co-autor del libro “Impuestos del campo en criollo” es la valuación para la hacienda de cría, específicamente los vientres, que desde hace 40 años se valorizan al 60% para incentivar el incremento de la hacienda.
En este caso, tendría efectos sobre el precio de la carne vacuna, que se incrementaría por la escasez ante menores inversiones”, anticipó Saenz Valiente. Y concluyó que “claramente no es una opción aumentar los impuestos”.
La Mesa de Enlace apeló a los legisladores a no convalidar la presentación del Ejecutivo, para no reiterar errores, porque ya conocemos los resultados que provocarán, en el marco del déficit fiscal y el aumento de presión impositiva. Se necesita una mirada nueva para viejos temas mal resueltos, dentro de un marco institucional que dé certeza para seguir produciendo y generar así empleo, arraigo y actividad económica.
Poco después, el secretario de Agricultura, Juan José Bahillo, salió al cruce: “Intentan sembrar un miedo innecesario entre los productores ante algo que no es intención del Gobierno”, afirmó. Con la esperanza de “llevar tranquilidad a los productores y productoras con este mensaje” y apelan a la “honestidad intelectual de las entidades”.
El problema para Bahillo es que es funcionario en la Argentina, y después de tantas promesas gubernamentales incumplidas durante décadas, cuando el río suena pocos creen en las palabras y en la “honestidad intelectual”…
Y como la iniciativa llegó al Congreso, por escrito, desde un espacio político que durante años impuso una fuerte presión fiscal al campo, no sorprende que salten las alertas entre los productores, con la sensibilidad propia de quien “ya se quemó con leche…”
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