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«Me metieron en Gaza en moto y me golpearon con palos «

Yocheved Lifshitz tiene 84 años, y a esa edad le ha tocado vivir una experiencia brutal que ahora relata con dolor desde un hospital. Fue secuestrada por la legión de terroristas de Hamas que asaltaron su kibutz de Nir Oz el 7 de octubre y llevada violentamente, golpeada con palos, a la Franja de Gaza, a un kilómetro y medio de esa comunidad. «Pasé por un infierno que jamás hubiese imaginado», dijo.

«Me llevaron, con las piernas en un lado y la cabeza en otro, en motocicleta», contó la mujer desde una silla de ruedas en el hospital de Tel Aviv donde se recupera. Sin perder la calma, hablando suavemente, señaló que cuando era llevada a Gaza sus secuestradores la golpearon con palos.

También le robaron un reloj y las pocas joyas que portaba. Tras hacer parte del trayecto en moto, la obligaron a andar por el campo hasta llegar uno de los túneles que Hamas cavó bajo el territorio. Por ese pasadizo llegó a la Franja.

Yocheved Lifshitz fue devuelta junto a Nurit Cooper de 79 años, también del kibutz Nir Oz, uno de los más severamente golpeados en la incursión de los terroristas que mataron en apenas horas a más de 1.400 personas, en su casi totalidad civiles desarmados. La cifra , incluye decenas de niños. Una barbarie sin precedentes que disparó la actual guerra.

Yocheved Lifshitz, 85, con la prensa en Tel Aviv. Foto: AFPYocheved Lifshitz, 85, con la prensa en Tel Aviv. Foto: AFP

Hamas, el sábado último, había liberado a otras dos mujeres, una norteamericana y su hija adolescente. Argumentó en ambos casos «razones humanitarias». Pero reveló que lo hacía en el primer caso para discutir que miente EE.UU. cuando compara a esa organización con la banda terrorista ISIS que mataba con iguales niveles de brutalidad. Aquí esa semejanza es citada constantemente.

Estas cuatro liberaciones serían parte de una estrategia más ambiciosa que incluiría la entrega de otro medio centenar de los 200 cautivos que tomo la organización. La condición planteada es que se alivien los bombardeos israelíes sobre el territorio, una demanda de difícil cumplimiento, dicen aquí las fuentes militares. Esos ataques, por el contrario, se han triplicado en las últimas horas.

Yocheved le contó a la prensa que la red de túneles de Hamas es como «una telaraña». Luego de entrar a la Franja por uno de ellos transitó por otro a una sala grande donde había más cautivos, alrededor de 25. Después la trasladaron a una habitación separada, también bajo tierra. Ahí había solo cuatro rehenes. Les dieron comida y medicinas. Dormían en cochones en el piso.

Estas liberaciones fueron mediadas por Qatar especialmente y también por Egipto. Esos países intervinieron antes en los otros dos casos. Estados Unidos mantiene contacto con esas naciones.

La cadena Al Arabiya, con sede en Arabia Saudita, había indicado ese lunes que se esperaba la liberación de más rehenes “de doble nacionalidad extranjera” en las próximas horas. Solo retendrían a los secuestrados con ciudadanía israelí única.

El líder de Hamas, Khaled Meshaal confirmó a Sky News que la organización analizaba esa medida. The New York Times, por su parte, consignó que se trataría efectivamente de unos 50 rehenes y citó como fuente a un oficial militar que detalló que la operación estaba siendo mediada nuevamente por Qatar.

La destrucción en el kibutz de Nir Oz (Miki Kratsman)La destrucción en el kibutz de Nir Oz (Miki Kratsman)

Hamas esta buscando abrir una ventana de negociación para evitar además una invasión terrestre de la Franja, dicen aquí las fuentes diplomáticas. Enfrenta una grave crisis de supervivencia. Ya en los bombardeos ha perdido gran cantidad de milicianos y parte de sus comandantes. Además no es claro que haya un apoyo decidido de sus aliados mientras continua el bombardeo israelí.

El marido, un activista por la paz

Los maridos de ambas mujeres también fueron secuestrados, y como ellas también son ancianos, pero no fueron liberados. El kibutz Nir Oz es, como casi la mayoría en el sur de Israel, es habitado por personas de centroizquierda que han sido un bastión en la batalla interna israelí para la creación de un Estado palestino.

El esposo de Lifshitz es un conocido activista por la paz, Oded Lifshitz, de 83 años, que ha transportado a enfermos de cáncer en Gaza a hospitales israelíes para recibir tratamiento.

El argumento religioso de parte del fundamentalismo de Hamas y sus aliados regionales para justificar esta sangrienta ofensiva, pierde consistencia, señalan a Clarín especialistas en el Islam.

El Corán advierte como un grave pecado, haram, lastimar de cualquier modo a quienes benefician a los musulmanes. En eso también Hamas se parece al ISIS que violaba constantemente la religión a la que decía pertenecer.


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