“Les agradezco también a los que no votaron por nosotros. Ha ganado el candidato que eligieron”. Luisa González felicitó el domingo a Daniel Noboa cuando el escrutinio del 90% de los votos marcaba una victoria irreversible del empresario de centro en las elecciones presidenciales en Ecuador. Y ofreció su colaboración y la de su equipo para llevar adelante los planes que apunten a mejorar la vida de los ciudadanos.
La candidata de Revolución Ciudadana, el partido del ex presidente Rafael Correa, perdió así, por menos de cuatro puntos porcentuales, la oportunidad de convertirse en la primera mujer elegida para gobernar el país. Pero el resultado de este balotaje fue sobre todo un duro golpe para el correísmo, que deberá tratar de reinventarse para mantener la fuerte presencia que tuvo hasta ahora en la política del país, señalaron varios analistas consultados aquí por Clarín.
Noboa, un empresario de 35 años que irrumpió en estas elecciones como el rostro nuevo, dispuesto a gobernar con un estilo alejado de la confrontación con la que muchos identifican al correísmo, se impuso en esta segunda vuelta con el 51,95% (5.179.610 votos) frente al 48,05% (4.789.811 votos) de su rival.
Esta elección marcará posiblemente un antes y después en el movimiento que gobernó durante una década (de 2007 a 2017) y mantuvo fuerte presencia en el Parlamento y en gobiernos locales hasta ahora.
“Al correísmo le costó hacer un cambio generacional”, señaló a esta enviada el analista político Alberto Acosta-Burneo. “El propio Rafael Correa fue en su momento el joven que llegaba a la presidencia, lo nuevo, pero ahora quedó como parte de la vieja política. A su movimiento le costó mucho reinventarse. El electorado no se convenció y rechazó esa forma agresiva de hacer política”, agregó.
Terminada la campaña y sin actos ni caravanas por delante, el correísmo deberá ahora hacer una reflexión sobre estos resultados y replantear el rumbo si pretende mantenerse como un actor de peso en la política de Ecuador.
“La Revolución Ciudadana entra en un examen especial. Si bien en febrero tuvieron un muy buen resultado en las elecciones locales, obtuvieron varias alcaldías y prefecturas muy importantes del país, ya son dos elecciones presidencialess que no logran alcanzar la fórmula para obtener el 50% más uno”, analizó el consultor Juan Rivadeneira.
Es que en 2021, el entonces candidato correísta Andrés Arauz -que ahora fue compañero de fórmula de González- ganó la primera vuelta pero fue derrotado por Guillermo Lasso en el balotaje. Un escenario muy similar al de ahora.
“Pero resultará dificil reinventarse en el corto plazo. Habrá roces internos por las culpas que se estarán endilgando”, agregó Rivadeneira.
Acosta agrega que no sólo el movimiento sufrió un golpe. Sino que se frustran los planes personales de Rafael Correa.
“Tampoco podemos decir que el correísmo sufrió una derrota aplastante. La diferencia no fue tan amplia, pero fue una pérdida para Correa, pues complica sus planes de barrer de alguna manera con sus causas judiciales y poder regresar al país”, analizó Acosta.
Los planes de Rafael Correa
Correa vive en Bélgica, el país natal de su esposa, y no vuelve a Ecuador porque seguramente quedaría preso en virtud de una condena a ocho años de prisión por un caso de sobornos durante su mandato.
Pero aquí, tanto los analistas políticos como los ecuatorianos de a pie tienen claro que Correa nunca abandonó sus intenciones de regresar no sólo al país, sino a la presidencia.
“Esta derrota va a demorar todos los planes que tenga Correa”, vaticina Acosta-Burneo.
El ex presidente, que tuvo una participación muy activa en la campaña de Luisa González a través de las redes sociales, envió un nuevo mensaje este lunes. “Esta vez no lo logramos. Enfrentamos poderes enormes. Hasta se asesinó a un candidato para evitar nuestra victoria”, escribió Correa en X (antes Twitter), deslizando que el crimen de Fernando Villavicencio fue una jugada de adversarios políticos.
Villavicencio era uno de los ocho candidatos que se disputaban la presidencia en la primera vuelta del 20 de agosto. Periodista y político, investigaba la corrupción y era un duro adversario de Correa. Además, estaba amenazado por líderes de grupos del narcotráfico. El 9 de agosto, a la salida de un acto electoral en Quito, fue acribillado por sicarios.
Patria querida, Patria Grande:
Esta vez no lo logramos. Enfrentamos poderes enormes. Hasta se asesinó a un candidato para evitar nuestra victoria.
La traición de Lenín Moreno sigue causando estragos, pero que nadie dude de que, al final, Ecuador volverá a la senda del desarrollo… pic.twitter.com/SGZLqptBKP— Rafael Correa (@MashiRafael) October 16, 2023
El brutal asesinato ensangrentó la campaña, que transcurrió luego entre fuertes custodias y chalecos antibalas.
¿Qué hará ahora el correísmo? El consultor político Andrés Jaramillo, en diálogo con Clarín, señaló que seguramente “serán ahora una oposición dura en el Congreso”.
El domingo a la noche, Luisa González tendió una mano a Noboa. “Durante la campaña hemos hecho llamados a acuerdos, a la unidad. Ecuador necesita estar unido”, declaró la ex funcionaria de Correa ante sus seguidores desilusionados. “Cuente con nuestros votos en la Asamblea para lo que necesite, siempre que no sea privatizar nuestros recursos ni precarizar la situación de los ecuatorianos”, ofreció la ahora ex candidata, de 45 años.
“Habrá que ver si cumple”, advierte el analista político Andrés Jaramillo. “Serán seguramente una oposición dura y estarán pendientes de cualquier error del gobierno. Si a Noboa le va mal, el correísmo podría reforzarse para volver al poder. Si a Noboa le va bien, podría ser el camino al entierro final del correísmo”, pronostica.