Panorama desde el cerro, en el FNA
Desperdigado en el suelo en una esquina de la sala, el intergaláctico monje guerrero de la zaga Star Wars parece haber perdido la sobriedad. El humor bizarro de su creador, el artista cordobés Pablo Peisino, nos acerca con su obra inspirada en el cine de ciencia ficción al oscuro personaje Darth Vader, transformado en una escultura de tela. Algo pasado en copas, Vader saluda con la V de la victoria, vaya uno a saber, tal vez un acto reflejo que delata la adopción de ideologías terrenales. La obra, realizada no obstante con una gran dosis de ternura, remite a la soledad que aqueja al hombre contemporáneo, traducida en el flagelo de los sin techo y el crecimiento de las adicciones, en de una sociedad marcada por un desequilibrio en los procesos de integración social.
Así comienza el recorrido por Septiembre Mediterráneo, la exposición para la que Daniel Fischer realizó una cuidada selección de arte contemporáneo argentino, con obras de la colección del arquitecto cordobés José Luis Lorenzo. El dibujo, el bordado, la fotografía, las esculturas, el simulacro de la moda, las videoperformances y las artes combinadas, están presentes. Las obras dan cuenta del eclecticismo de las propuestas y la variedad de técnicas y materiales utilizados, rasgos sine qua non del arte contemporáneo. Distintos enfoques y estéticas interpretan fenómenos sociales, políticos y filosóficos, en un escenario local en continuo cambio desde lo económico, lo social y la situación del mundo del arte.
“Hace mucho tiempo que conozco la colección de José Luis Lorenzo a través de mis viajes realizados a la Feria de Arte de Córdoba, donde visité el espacio Colón, que alberga exposiciones rotativas de su colección”, señala Daniel Fischer. “Septiembre Mediterráneo es un remix de artistas argentinos, a partir de la exposición Breve Historia de la Eternidad, curada también por Dani Fischer, exhibida este año en el Centro Cultural Recoleta”, comenta a Ñ Diana Saiegh, Presidenta del Fondo Nacional de las Artes.
Continúa el recorrido de la muestra. Realizada con cuentas acrílicas facetadas encastrables y una impronta kitsch, “La culpa es de las flores”, de Román Vitali, alude al concepto de una belleza articulada con los ciclos de la naturaleza, el deterioro y el envejecimiento. Valijas antiguas intervenidas de la rosarina Graciela Sacco refieren a la imposibilidad de echar raíces, a las migraciones y los exilios voluntarios o forzados que marcaron nuestro país. Se destaca el conjunto realizado por Tomás Espina “Fragmentos de Haití”, en alusión al primer país de Latinoamérica en independizarse, en una gesta de los esclavos negros. Siete cabezas modeladas en arcilla de rasgos teatrales, guardan el adn de la negritud y aluden a lo ancestral y ritual. Realizado en silicona y pelo natural, el tapado que imita la piel humana con tetillas masculinas, de la serie Peletería, es una marca registrada de la rosarina Nicola Costantino. “Familia de la buena fortuna”, de la dupla Chiachio & Giannone, está bordada sobre una manta obsequiada por el coleccionista y luego adquirida como obra de arte, y presenta a ambos artistas convertidos en ekekos precolombinos, dioses de la abundancia y la fertilidad, acompañados por su perro Piolín.
La fotografía está presente. “Sueño 11”, de Grete Stern, es un fotomontaje de la serie Los Sueños, publicada en la revista Idilio de editorial Abril. Su tema central es la mujer de clase media en situación de conflicto. De la serie Coctel, la fotografía con la que Alejandro Kuropatwa habla pronto de la crisis del sida: cobra protagonismo la imagen de la variedad de pastillas tomadas por el artista durante su internación en una clínica de California, para combatir la enfermedad.
En sala contigua las videoperformances Pop Star y Paisaje, sumadas a la adrenalina generada por el comienzo de la primavera, invitan a bailar y divertirnos. En Pop Star, el artista cordobés Manuel Molina se transforma en una estrella pop, mimetizado con los movimientos y la música de la estrella norteamericana Beyoncé. Entretanto, Paisaje, de la mendocina Clara Ponce, es el primer experimento con forma de video canción de Fantasía Rosa, banda performática de la artista.
“La obra surge a partir de mi investigación sobre el cruce de disciplinas y contó con el apoyo de los coleccionistas Hugo Abreu y Carlós Stía. Allí canto la versión original en italiano de “Paisaje”, de Franco Simone, luego popularizada por Gilda, la reina de la cumbia. Participaron artistas y bailarines de distintas provincias, entre ellos Blas Aparicio, quien filmó las escenas bailando en Corrientes.”, comenta la artista.
Mirada mediterránea
“Mi colección de arte es bastante ecléctica”, define José Luis Lorenzo. Se inició en 1993, cuando junto al artista Fernando Allievi, que es su cuñado, comenzó a recorrer galerías de arte comprando obras. “La colección fue creciendo, en particular desde 2006, año en que fui invitado a arteba y donde descubrí el Barrio Joven, y a partir de allí tuve la oportunidad de visitar talleres e interesantes colecciones”, agrega. Lorenzo también es presidente de la Asociación Amigos del Museo Caraffa e integra el Comité de Adquisiciones de Arte Latinoamericano de la Tate Modern de Londres y del Malba. “La fotografía ocupa un lugar destacado, que se completa con dibujos grabados, obra sobre papel, objetos y pinturas. En la colección hay obra de artistas argentinos y de algunos latinoamericanos y europeos: no me importa el período sino que sean obras representativas”, agrega el arquitecto. Desde su espacio Colón, creado para profesionalizar su colección, exhibe exposiciones rotativas de un año de duración, con la mirada de distintos curadores invitados.
La huella federal
La exhibición de una colección gestada lejos de la centralidad porteña responde a la visible impronta federal de Diana Saiegh, presidenta del Fondo Nacional de las Artes (FNA) y actualmente encargada de coordinar al equipo de políticas culturales del candidato Sergio Massa, en Unión por la Patria. “El federalismo va a quedar como huella, producto de un engranaje cada vez más sólido desde donde recorrimos el país de punta a punta, brindando más de 40 mil apoyos”, menciona la funcionaria, también arquitecta, quien instaló en la agenda cultural el equilibro entre lo contemporáneo y el valor de la identidad ancestral, posicionando las artesanías, el diseño y la arquitectura en el mismo plano que las artes visuales.
“Ansío vivir en una sociedad en equilibrio, donde todos tengan acceso a la educación y la salud, y donde la cultura sea una cuestión de Estado”, concluye Saiegh, una asidua practicante del Tai Chi, técnica que le permite encontrar un equilibrio que busca proyectar en sus entornos, en un mundo cada vez más violento y convulsionado.
- Septiembre Mediterráneo – VVAA
- Lugar: Casa de la Cultura del FNA, Rufino de Elizalde 2831
- Horario: jue a dom de 14 a 19
- Fecha: hasta el 16 de octubre
- Entrada: gratuita
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