reunión urgente con los bancos para discutir cómo desarmar la bomba de las Leliqs
Aunque todavía no aceptó formalmente el ofrecimiento que le hizo Javier Milei para que se haga cargo del ministerio de Economía a partir del 10 de diciembre, Luis Caputo ya está trabajando formalmente como si lo fuera. De hecho esta tarde mantendrá una reunión con los presidentes de bancos de capitales nacionales (Adeba) y extranjeros (ABA).
El motivo del encuentro es, podría decirse, único y también urgente: cómo encarar el desarme del stock de letras de liquidez y pases pasivos que se acumulan, como deuda, en el balance del Banco Central. Se trata de una pila que suma más de 23 billones de pesos y, en palabras de Javier Milei, es hoy el principal problema a resolver para poder poner en marcha el plan económico que el presidente electo tiene en su cabeza.
La dinámica de los pasivos del Banco Central dio un giro importante en las últimas horas. En medio de la incertidumbre, los bancos empezaron a desarmar su tenencia en leliqs -papeles que vencen cada 28 días- y este jueves empezaron a pasar masivamente a pases pasivos, pero que vencen cada 24 horas.
Esto supone un riesgo mucho mayor para la economía en caso de que el desarme de leliqs no encuentre un cauce más o menos armonioso.
Para que ello suceda, Caputo le llevó a Milei una solución financiera que evite un plan bonex o una hiperinflación: a trazo grueso, el plan pasaría por capitalizar al Banco Central con una importante cantidad de dólares frescos -se habla de al menos 15.000 millones– para mostrarlos y venderlos, a precio de mercado que obviamente no serán los $ 350 que vale hoy el oficial, a quien quiera desprenderse de sus pesos.
Si el plan funciona bien, la apuesta es a regenerar la confianza del mercado -y recuperar la demanda de dinero- para que ese trasvasamiento de pesos a dólares no sea violento ni masivo.
Claro que no se trata solo de mostrar una montaña de dólares. El “plan leliqs” va a funcionar siempre y cuando se logre recomponer la confianza en general, básicamente a partir de que el futuro Gobierno pueda mostrar un plan de ajustes fiscal y estabilización coherente y creíble.
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