Una tregua de 4 a 5 días en Gaza e intercambio de prisioneros entre Israel y Hamás: 50 rehenes por 150 prisioneros palestinos. Tras 46 días de guerra, ya está listo el alto el fuego en la Franja, con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, quien por la tarde presentó el acuerdo mediado durante mucho tiempo por Qatar y Egipto, primero al gabinete de guerra y luego a todo el gobierno de emergencia nacional.
Netanyahu declaró ante su gobierno que aceptar un acuerdo para la liberación de rehenes secuestrados por Hamas en el ataque del 7 de octubre es «una decisión complicada, pero es una decisión correcta».
El presidente estadounidense Joe Biden contribuyó a «mejorar el marco que les propuso (…) para incluir más rehenes a un coste menor», declaró Netanyahu en una reunión dedicada al acuerdo.
«Todo el aparato de seguridad lo apoya plenamente», añadió.
El ejército, el Mossad y el Shin Bet dieron su opinión favorable, mientras que la ultraderecha israelí -en particular los ministros Itamar Ben Gvir del Poder Judío y Bezalel Smotrich del Sionismo Religioso- arremetieron contra el acuerdo, calificándolo de «un grave error», de hecho un potencial «desastre» para Israel
Según los rumores que circulan, Hamas solo liberará a mujeres y niños
Haaretz informó que en el acuerdo figuran 30 menores, 8 madres y otras 12 mujeres.
Serán liberados en varias fases, una decena cada día de tregua, e Israel espera que al final el número total de rehenes liberados llegue a 80.
Hamas, según fuentes israelíes, se comprometerá durante el alto el fuego a «localizar a los otros rehenes que están en manos de diversos grupos», empezando por la Yihad Islámica.
Los prisioneros palestinos, también mujeres y niños, serán entregados a sus residencias y, en cualquier caso, el acuerdo excluye a cualquiera que haya sido «condenado por homicidio». En esencia, aquellos que llevaron a cabo ataques mortales contra israelíes.
Para los rehenes extranjeros en manos del grupo fundamentalista, el acuerdo prevé que su liberación se confiará a negociaciones separadas entre Hamas y los respectivos países a los que pertenecen los secuestrados.
La tregua debería comenzar no antes del jueves por la noche o el viernes por la mañana y durar entre 4 y 5 días. Durante este período, los soldados israelíes permanecerán en el norte de Gaza y a los civiles desplazados en el sur no se les permitirá regresar a sus hogares en el norte. Israel advirtió entonces que el ejército reanudaría los combates en toda la Franja «inmediatamente después» del fin del alto el fuego.
La interna israelí
Confirmado, como parte del acuerdo, es el ingreso diario desde el paso de Rafah de 300 vehículos, combustible incluido.
Además, durante todos los días de tregua, Israel suspenderá -una de las condiciones impuestas por Hamas- el vuelo de drones sobre la Franja. Pero se garantizarán otras medidas de inteligencia para salvaguardar la seguridad de los soldados
«Espero que tengamos buenas noticias pronto», dijo Netanyahu antes de las reuniones del gabinete.
«Estamos haciendo progresos. No creo que sea apropiado decir nada más en este momento«, agregó el primer ministro israelí.
«Estamos muy cerca de devolver a algunos de los rehenes a casa, la situación es buena», confirmó desde Washington el presidente estadounidense, Joe Biden, que desde hace días se declara optimista sobre el resultado de las negociaciones.
El posible acuerdo fue anunciado durante la noche por el líder de Hamas, Ismail Haniyeh
Si prevalece el optimismo por los rehenes, el acuerdo amenaza con tener repercusiones en el equilibrio de la coalición gobernante israelí, dado el fuerte rechazo de la extrema derecha. Pero Netanyahu -gracias a la reciente ampliación del ejecutivo para incluir al centrista Benny Gantz- todavía tiene los números necesarios para aprobar el acuerdo.
Mientras tanto, sobre el terreno, una incursión israelí en el campo de refugiados de Nuseirat, al sur de Gaza, provocó 17 muertos, entre ellos mujeres y niños, según informó la agencia palestina Wafa.
La situación en el norte con Hezbolláh también es cada vez más tensa, con el lanzamiento de cohetes por parte de milicianos shiítas y ataques de respuesta en el sur del Líbano: en el día más sangriento en este lado desde el inicio del conflicto, cuatro personas murieron bajo los bombardeos israelíes (una mujer anciana, dos periodistas y un reportero muy joven) y un grupo de milicianos de Hamas.
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