LocalesNacionalesNoticias

Tras los pasos de Bob Dylan en un sótano de Nueva York

Hay una caricatura de Hermenegildo Sábat que emerge de la memoria esta noche en este sótano de Nueva York. No sé cuántos retratos de Louis Armstrong habrá hecho el querido Menchi a lo largo de sus 85 años de vida, pero el que recuerdo ahora es un rostro con una inmensa dentadura blanca embutida dentro de una sonrisa negra. Es todo lo que necesitó el maestro para rescatar en un trazo el alma de su máximo ídolo del jazz. Una imagen irrepetible, de torrencial simpatía, que hoy devuelve mágicamente el guitarrista que está parado en el pequeño escenario del Café Wha? (sí, así con signo de pregunta), en el Greenwich Village, un barrio donde a cada paso se abre una cueva subterránea con música en vivo que nos lleva al túnel del tiempo. Y de los recuerdos.

Porque después de esta parada en el Village (el bellísimo vecindario de “Friends”) ya no habrá dudas: cuando alguien me pregunte cuál es la mejor postal de Macdougal Street tendré que mostrarle los dientes. Los dientes gigantes del negro con los que esta noche se anima a tocar las cuerdas de su guitarra. A mordiscones, como si no le alcanzaran los dedos de la mano para rasgar el Mi, Si, Sol, Re, La, Mi. Con la misma pasión desbordante con la que Sábat inmortalizó a su Armstrong.

Armstrong, en la mirada de SábatArmstrong, en la mirada de Sábat

Hasta este mítico local de Manhattan habíamos llegado por recomendación de la corresponsal de Clarín, quien avisó que no sería nada raro que el mismísimo Bob Dylan se diera una vuelta por el lugar esa noche. Después de todo, el Premio Nobel de Literatura había debutado acá con su armónica a los 19 años, recién llegado de su Minnesota natal, y poco tiempo después de que este antiguo garaje para caballos se convirtiera en bar, en 1959.

Jimi Hendrix y Bruce Springsteen, con su barra adolescente The Castiles, también comenzaron a construir sus leyendas en este subsuelo del Village, lo mismo que Woody Allen, Lenny Bruce y Bill Cosby, entre otros comediantes.

Si estas paredes negras hablaran…

Por acá pasaron todos los sonidos de los años 60, abrigados por la oscuridad y una atmósfera de libertad y rebelión. Desde entonces muchas celebridades del jazz o bandas de rock locales aparecen en espectáculos y shows sorpresa.

Eso sí: nunca será posible saber qué músico famoso irrumpirá de pronto durante la mitad de un concierto y se sentará a tocar en este escenario donde ahora mismo el guitarrista negro toca un tema con sus dientes. Este particular personaje -cuyo nombre no figura ni en la página oficial del café- forma parte de la banda de la casa, la “Best Damn band in New York City”, junto a otras bestias que tocan y cantan What’s going on como si la vida se les fuera en este instante.

"What's going on", con la banda de la casa.«What’s going on», con la banda de la casa.

Y entonces ya nadie preguntará por Bob Dylan.

La noche es un pedazo de dentadura blanca embutida en una sonrisa negra, única e irrepetible. Y esta vez sin nombre propio.


Source link

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba