El adiós a José Sand, el goleador inoxidable que desafió al tiempo y cambió para siempre la historia de Lanús
El duelo frente a Racing en la Fortaleza tuvo un sabor especialísimo para los simpatizantes de Lanús más allá del sinsabor que significó la derrota y la insólita expulsión de dos defensores en una misma jugada. Pero eso será una anécdota. Lo importante es que fue la función de despedida de un héroe del club: el correntino José Gustavo Sand, quien, con 43 años y 117 días, le puso fin a una notable carrera profesional que se extendió durante más de 24 años y cuyos capítulos más virtuosos estuvieron teñidos de granate.
Poquísimos futboleros recuerdan que el delantero nacido el 17 de julio de 1980 en Bella Vista y formado en las divisiones inferiores de River debutó en la primera división con la casaca de Colón: fue el 8 de agosto de 1999, en un partido correspondiente a la primera fecha del Torneo Apertura de ese año que el Sabalero, dirigido por Miguel Ángel Russo, empató 0 a 0 con Vélez en el José Amalfitani. Esa tarde, ingresó a los 34 minutos del segundo tiempo por Claudio Biaggio.
Tampoco son demasiados los que tienen presente el largo derrotero que el Pepe atravesó antes de llegar, ocho años después de su debut, al club que se convertiría en su segunda casa: una temporada en la Primera B Nacional con Independiente Rivadavia y otra con Defensores de Belgrano, una breve estadía en el Vitoria brasileño, dos años aceptables en River, un regreso a Colón y hasta un paso por Banfield.
¿Y cuántos hinchas de Lanús se acordarán de que Sand fue expulsado el día de su debut en el club? Fue el 4 de agosto de 2007 en un duelo de la primera fecha del Apertura que se saldó con una derrota 5 a 3 ante Independiente en Avellaneda. Ese día, el atacante vio la roja por insultar al árbitro Sergio Pezzotta luego de que el juez anulara por posición adelantada una jugada que había terminado con el balón dentro del arco del Rojo.
Un mes antes de esa expulsión, tras firmar su contrato con el club del sur del Gran Buenos Aires, Sand había anunciado que su objetivo era conseguir un título, algo que Lanús jamás había logrado hasta entonces. “Hay plantel para ser campeones», se había ilusionado. Él y sus compañeros lo hicieron: el conjunto dirigido por Ramón Cabrero se quedó con el Apertura 2007.
En su primer ciclo en el Granate, que duró dos años, el correntino no solo celebró ese título, sino que además fue el máximo anotador del Apertura 2008 (hizo 15) y del Clausura 2009 (marcó 13). Esos buenos desempeños le valieron un pase al Al Ain, con el que fue goleador de la Liga de los Emiratos Árabes Unidos de 2010 (gritó 24 veces) y campeón de la Supercopa emiratí del mismo año.
En esos tiempos también disputó sus únicos dos partidos con la camiseta del seleccionado argentino. Estuvo siete minutos en el terreno del Estadio Nacional de Santiago en la derrota 1 a 0 frente a Chile el 15 de octubre de 2008 que marcó el cierre del ciclo de Alfio Basile en el combinado nacional. Y jugó el primer tiempo de un amistoso que el equipo conducido por Diego Maradona le ganó 3 a 1 a Panamá en Santa Fe el 20 de mayo de 2009.
Después de su experiencia en los Emiratos Árabes Unidos, el delantero pasó fugazmente por el Deportivo La Coruña y tuvo ocho meses buenos en Xolos de Tijuana antes de regresar al país. No pudo hacer pie ni en Racing ni en Tigre ni en Argentinos Juniors (integró el plantel que descendió en 2014) y bajó a la Primera B Nacional para defender los colores de Boca Unidos de Corrientes y de Aldosivi de Mar del Plata.
El regreso al Granate se produjo a fines de 2015. “Es algo que esperaba hacía mucho. Quiero agradecer a mi familia….”, alcanzó a decir el 17 de diciembre, en la conferencia de prensa de presentación, antes de que las lágrimas lo interrumpieran. “Voy a estar eternamente agradecido a la gente de Lanús por el aliento que recibí. Siempre soñé con volver y retirarme acá. Era lo único que pensaba cuando me fui”, añadió luego.
Para ese retiro al que hacía referencia todavía faltaba muchísimo tiempo. Y le faltaba vivir muchísimas cosas, entre ellas el triplete de títulos en la temporada 2016: el Torneo de Primera División (del que fue goleador, con 14 tantos), la Copa del Bicentenario y la Supercopa Argentina. Y también la frustración de la Copa Libertadores que al equipo conducido por Jorge Almirón se le escapó en 2017: perdió la final contra Gremio de Porto Alegre. El Pepe también fue el máximo anotador de esa edición del certamen continental (hizo 9) y así se transformó en el jugador más longevo en conseguirlo: lo hizo con 37 años, 4 meses y 10 días.
Si bien tuvo un intervalo de una temporada en Deportivo Cali en 2018, los últimos años de la vida profesional de Sand han estado indestructiblemente atados a Lanús. Así, se convirtió en el máximo goleador histórico de la institución: alcanzó los 169 tantos. Además, su vigencia le permitió batir récords en el fútbol nacional. Es el jugador más longevo en marcar un gol en un torneo de primera división, con 42 años, 10 meses y 10 días (el 7 de abril de este año en la victoria 3 a 0 ante Arsenal) y también en una copa nacional, con 42 años, 9 meses y 22 días (el 11 de mayo en el triunfo 3 a 1 sobre Sol de Mayo de Viedma por los 32avos de final de la Copa Argentina).
Todos esos números son los que, en gran medida, solidificaron el vínculo entre Sand y los hinchas de Lanús, que este sábado despidieron a un hombre que en casi un cuarto de siglo disputó 749 partidos como futbolista profesional, en los que convirtió la friolera de 313 tantos. Jugó los últimos 40 minutos de un encuentro que ya estaba desnaturalizado. El árbitro Fernando Rapallini le dio la pelota y su historia llegó al final. Luego llegó el tiempo de los homenajes. Merecidos por donde se los mire. «Me hicieron el jugador más feliz de la Tierra», soltó el correntino.
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